2016 Y una navidad que no puedo olvidar…

Adornos que van por doquier,

El olor a pavo que a lo lejos está…

vino y especias sobre la mesa,

todo un banquete, es una noche de fiesta,

una noche especial…

«Ven, come… los regalos abrir todavía no debes»

rastros de mi infancia que se fragmentan,

en mi memoria son válidos en invierno,

en verano se palidecen y se esparcen en este corazón desierto,

Siento el olor a canela,

dulces horneados adornan impecablemente la mesa,

la mejor platería y cristalería…

nos espera para esta cena,

16 años … ¿es normal que esté tan emocionada?

la abuela sonríe al ver el árbol adornado,

Verde,

Rojo,

Dorado

Y rosado…

Combinaciones imposibles,

solo está noche se vuelven posibles,

junto está lo nuevo y lo viejo, como un mágico cuento,

es un momento perfecto…

Un lechón,

Un cerdo

Y un pavo,

Para acompañar arroz de horno,

arroz dorado, con la buena comida se

fueran las penas,

Cantando la misma y única tonada,

mi mamá y yo en la calle, de manos dadas…

Allí,

Allí,

en aquella misma plaza,

una bolsa de regalos en manos y

un sombrero de Santa…

Comida y regalos,

los niños sonríen,

este año tienen a una Mamá Noel para que los mime…

2016,

el clima como siempre caliente,

solo sueños de una navidad eterna en algún lugar

en el cual nieve por siempre,

Sentada en el regalo de Santa,

me veo un poco ridícula, alrededor se pueden escuchar las risas,

esta es tan solo una oportunidad para volver a ser niña,

una última vez, podría ser feliz por un día…

Los regalos bajo el árbol no pueden faltar…

Día 22,

la limpieza ya estaba por comenzar…

«Esta será sin duda la mejor navidad»

de un lado a otro, yo y mi compañera,

ella mueve la cola, y sube a mis brazos…

duerme tranquila sobre mi regazo,

Una última navidad,

y toda nuestra familia reunida en la mesa,

hay frutas y champagne rosado…

Quiero en mi copa vino y un trago,

sentirme un poco más adulta,

solo por un rato…

Luces,

Y juegos,

Canciones,

Y versos…

Siento congelar el tiempo y el espacio,

un día tan especial no puedo pasarlo de largo,

quiero vivirlo, aunque sea por más un rato…

La felicidad en bellos rostros registrado,

cuatro mujercitas,

Dieciséis,

Ochenta

Nueve

Y treinta…

es como el cuento de la cenicienta,

La infancia se describe en colores rojo, pastel y menta,

un vestido nuevo… el primero pegado al cuerpo…

Velas,

Villancicos hemos cantado,

Una navidad norteamericana en cinco pasos,

No, no se han escatimados los gastos…

Navidad y una celebración adicional se había agregado,

la libertad tras el encierro se representa en la bonanza y en la hartura sobre la mesa,

Todos han comido demasiado,

aún hay comida y no cabe un bocado,

mañana compartiremos con todos los que son y no son allegados…

Quiero repartir felicidad por todos lados…

Ropa elegante, no, no vamos a ninguna parte,

es solo una celebración aparte,

con la ostentación de un monarca y su fina arte…

Un simple sueño, un simple deseo…

¿Es tan infantil desear detener el tiempo?

Quiero ser niña, niña una vez más,

un último momento…

Quiero ver una vez más aquella dulce y envejecida sonrisa,

La parte que más le gustaba… siempre fue la cena,

Quiero ver aquella vellosidad,

como lana de oveja, un pequeño pesebre y una pequeña perra,

quiero verla correr sin parar, si, porque hoy es navidad…

Sonrisas adornan los rostros,

sonrisas no puedo olvidar,

aún cuando el pavo sea lo más claro y lo único que puedo recordar,

muestra de la vana e indulgente felicidad…

16 años,

y una navidad que no puedo olvidar….

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Por Bruna Radija K. Bermudes

(Río de Janeiro, Brasil)

Hija de una médica de nacionalidad brasileira y de un operador de maquinas boliviano. Se crio en la ciudad de Corúmba, una pequeña zona urbana brasileira que colinda de manera fronteriza con el vecino país Bolivia, tuvo una infancia feliz en donde conoció todo menos la carencia, aún así debido a su timidez se consolidó como una niña solitaria, empezando ha escribir a los ocho años de edad utilizando la literatura como un medio de escape en donde podía tener muchos amigos— los cuales se le dificultaba tener en la realidad—, a los 11 años se cambió a la ciudad de Santa Cruz, en Bolivia y tras el elogio que le hizo una profesora de literatura acerca de un poema de propia autoría supo que debía seguir la carrera literaria más a fondo. Desde entonces se ha dedicado ha cumplir su sueño y comenzó ha llevar la escritura como algo serio, casi de vida o muerte, todo con él afán de iniciar una carrera literaria, lo cuál ha ido logrando este año con algunos pequeños— , pero no por ello menos importantes— éxitos.