-Es todo lo que tengo
-¿Está usted seguro?
-Lo estoy, no soy una persona adinerada sin embargo la necesito
-Está bien, acepto lo que me está ofreciendo pero le advierto que no va a quedar igual -No importa si lo que obtengo es tenerla conmigo.
La puerta se cerró de portazo mientras las cadenas de la prisión sonaban detrás de ambos y el corazón le latía fuertemente al anciano que había empeñado lo poco que tenía a cambio de la libertad de esa persona por la que había estado esperando desde hace ya un tiempo, al salir del lugar lo primero que hizo fue abrazar enormemente a la mujer de pelo no tan cano pero afectado por el pasar de los años, su rostro mostraba un gesto de miedo y se le veía indefensa, mas aquel que había logrado sacarle de su lugar de tortura le miraba complacido, le brillaban los ojos de solo tenerle.
Esa noche pasó y el anciano la dejó pasar desapercibida pensando que quizá el cambio le había afectado en su manera de actuar y comportarse, entendía que le costara hablar y decidió dejarla sola en su habitación para que durmiera, pero cuando las luces se apagaron algo extraño comenzó a ocurrir. La mujer gritaba, gritaba como pidiendo auxilio mientras el hombre intentaba comprender a qué se debían sus gritos, quiso levantarse de su cama para ir a hacerle compañía y así poder convencerla que solo estaba teniendo un mal sueño pero no pudo, su cuerpo parecía atado a la cama y por más que intentaba pararse no podía, estuvo intentando salir de ahí hasta que su cansancio pudo más y se quedó dormido de tanto luchar, era una persona ya mayor y claramente no resistía mucho.
A la mañana siguiente despertó como si nada, todo yacía en silencio y cuando se levantó encontró a la mujer recostada tranquilamente, pensó que lo sucedido esa noche había sido un simple sueño y decidió seguir su día sin pensar en ello, atendiendo a la mujer para intentar confortarla y que al fin pudiera dirigirle unas palabras.
Se pasó el día pacientemente junto a ella mientras lo acompañaba la esperanza de que pronto la volvería a ver sonreír como aquellos días en los que se les había visto tan felices, aquellos días antes de entrar en esa prisión. Volvió a llegar la noche y esta vez no estaba dispuesto a dejarla dormir sola, quería mantenerse con ella para hacerle compañía, su corazón estaba latiendo fuertemente conforme la noche iba avanzando y parecía tener un mal presentimiento, cuando llegaron las 3:00 am un estruendo se hizo presente en la habitación poniéndolo alerta, la mujer comenzó a gritar, a quejarse pero sin poder hablar mientras el viejo trataba de moverse y no podía, esta vez estaba seguro de que no había sido un sueño, en el lugar se escuchó claramente aquel estruendo y un grito tenebroso seguido de una sombra enorme que invadía el lugar de un instante a otro, el anciano quedó hecho de piedra al ver la cara de la mujer sonriéndole, con los ojos oscuros en su totalidad, no era ella, no era esa a quien él creía tener a su lado si no a un espectro del mal que se carcajeaba sin razón alguna y parecía burlarse de él, se desmayó de la nada hasta no saber de él y cuando despertó estaba en su habitación, estaba seguro que no había sido un sueño, estaba seguro que algo había ocurrido y estaba totalmente dispuesto a aclararlo.
-Yo le pagué por la libertad de mi esposa, ¿Por qué siento que hay algo extraño detrás de esto?
-Usted sabe que el dinero que me dio
no es suficiente para pagar por la libertad de la mujer
-Soy consciente pero ella no es quien yo pienso que es, la desconozco.
Una sonrisa macabra se dibujó en el rostro del hombre con quien el anciano intentaba negociar mientras éste mismo no lograba comprender absolutamente nada.
-Vaya, usted debe comprender que no bastaban cien monedas para obtener su libertad más me he compadecido de usted porque juntarlas le ha llevado años
-Yo la quiero bien, yo quiero a mi mujer conmigo pero le juro que siento que no es ella
-Efectivamente
-¿Qué me intenta decir?
-¿Usted sabe por qué entró en prisión?
-¡Claro que lo sé! Ella está aquí por un error, ella fue encontrada en el lugar equivocado la noche equivocada
-Así es pero ¿sabe a qué lugar se refiere?
-Al campo donde trabajábamos.
El hombre soltó una carcajada mientras el anciano estaba cada vez más confundido.
-Yo solo quiero a mi esposa conmigo, la quiero bien
-Pero si usted tiene consigo a su esposa, lo que no le pertenece es su alma
-¿Qué le ha hecho?
-Eso no es de su incumbencia, yo cumplí con darle su libertad conforme al pago, no hay de qué quejarse.
De la nada el anciano estaba afuera del lugar y este mismo había desaparecido, todo parecía ser ficticio pero no lo era, algo extraño estaba ocurriendo.
Llegó la noche, pasó rápido y se hicieron las 3:00 de la mañana, los gritos se volvieron a hacer presentes y la mujer estaba de nuevo con los ojos oscuros y el gesto macabro mirando hacia él, entonces logró entender todo lo que el hombre del sombrero le había dicho, su mujer ya no tenía alma, era un espectro sin interior y al parecer estaba pactada con seres más allá de lo humano que no la dejaban descansar al llegar la madrugada.
Entendió todo y decidió recurrir a sus habilidades espiritistas para alejar malos espíritus y al menos mantener a su esposa en calma, tranquila, mantenerla con él. Se preparó para esa noche, estaría velando hasta las 3 de la mañana y no fallaría, estaba todo calculado.
-¿Creíste que podías vencerme, viejo tonto? -Yo puedo contigo y muchos más
-Querido, yo soy el jefe acá, tu esposa me vendió su alma esa noche al involucrarse en mi mundo por curiosidad
-No te la vas a llevar ¡regrésame su alma!
La mujer se paró de la cama dirigiéndose hacia él amenazante, como si estuviera dirigida por una fuerza más allá de ella y con sus largas uñas le sacó el corazón.
El anciano quedó tirado en el piso, muerto al intentar recuperar el alma de su esposa de las manos del demonio.
Por Ruty Trevan
Mi nombre es Rut Ailis Treviño Del Angel, de nombre artístico Ruty Trevan, tengo 19 años, nací y vivo en Matamoros Tamaulipas, México. Soy estudiante de psicología con un gran amor por las letras y el arte de la escritura, me encanta compartir lo que escribo y mi sueño es que muchas personas lean mis creaciones.
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