Ella disfrutaba de la primavera. Le encantaba estas mañanas, tardes y noches junto a las plantas. Amaba mojarse bajo la lluvia, pero su actividad favorita era sin duda escuchar al señor Girasol. Lo conoció cierto día, él estaba cabizbajo.
—¿Por qué lloras? ⎯Le preguntó con una dulce voz.
Desde aquel día entablaron una mágica amistad. Le encantaba oírlo, él relataba las cosas que había vivido y aprendido.
Cierta mañana, la tristeza la invadió al ver al girasol ya sin pétalos, cada vez más gris hasta que desapareció. La tristeza opacó muchos días. Cada mañana veía el lugar vacío y lloraba, había perdido la alegría y las ganas de levantar la mirada. Así pasaron días y semanas.
—¿Por qué lloras? ⎯Le preguntó una dulce voz. La rosa levantó la mirada y vio a un pequeño girasol. La alegría volvió a su corazón. Los días pasaron, la rosa le relataba las cosas que había vivido y aprendido, el pequeño girasol disfrutaba de esos momentos.
Cierta mañana, la tristeza invadió al pequeño girasol al ver a la rosa ya sin pétalos, cada vez más gris hasta que desapareció. La tristeza le duró y opacó muchos días. Cada mañana veía el lugar vacío y lloraba, había perdido la alegría y las ganas de levantar la mirada. Así pasaron días y semanas.
—¿Por qué lloras? ⎯Le preguntó una dulce voz. El girasol levantó la mirada.
Por Félix Quispe Osorio
Jauja – Junín, 1994. Cursó la especialidad de Español y Literatura en la UNCP. Ha publicado el libro de microrrelatos “PRESENCIAS MÍNIMAS” 2018; el poemario “HOY ES SIEMPRE TODAVÍA” 2019; la plaqueta de cuentos “LA PROTECTORA” 2021. Finalista en el Primer concurso de microrrelatos Bibliotecuento 2016 organizado por Equipo de Biblioteca de la Casa de la Literatura Peruana. Mención honrosa V Concurso de microrrelatos Realidad Ilusoria 2018. Segundo puesto I Concurso de cuentos Edgardo Rivera Martínez – Jauja 2018.
Comments