Se acercó a mí, y yo con tanto desinterés en un inicio. Evitándolo como todos los hombres. Apreté mis manos como el gatillo. Y en ese momento, fue entonces que sentí la erupción de mil volcanes al mismo tiempo. En mi corazón se escuchaba el oleaje del mar endemoniado, despedazando mi cabeza en ese mismo acto. El culpable de estas catatónicas emociones fue el Dr. Adriel, que en mi masa encefálica me enamoró a través de la pantalla. Y se alejó, en una alborada mañana. Escribí textos, hasta los que no escribí, permaneció en mis pensamientos. Herida del corazón, jamás, en ningún momento me dio paracetamol. Necesitaba comprensión. Le tuve devoción. Culpé a mis traumas, pues sé que si se alejó, esa no era yo. En esta extravagancia, y mi insistencia de tenerlo cerca, caí, entristecidamente, resignándome de sus desordenados caprichos de su abandono. Olvidando de lo que alguna vez habitó en nosotros. Ya no está. Su corazón asesiné. Su recuerdo me daba arritmias cardiacas. Sumergí mi alma en los sueños, leyendo, escribiendo, conversando… futuramente follando. Teniendo en cuenta, que la química de su presencia no habitará en otra alma en pena.
Por Metztli Mictlancíhuat
Mi nombre es Metztli Esthefania Pérez, conocida con mi seudónimo como Metztli Mictlancíhuatl por mis escritos, poemas y críticas a referente sociales. Soy de México, Veracruz. Tengo 25 años que recién cumpliré el 16 de febrero. Me gradué en Licenciada en pedagogía, dedicándome actualmente a la docencia y al activismo para las mujeres. Desde niña he tenido una gran fascinación sobre las letras, la poesía y todo lo que le rodea en el arte. Mis textos solo han sido reconocidos vía redes sociales, pero siempre me es grato seguir compartiendo mis sentimientos y mis textos para unir redes con más mujeres que externan el mismo pensamiento y sentimiento que el mío.
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