¿Por qué coincidimos?
Quiero creer que hay un porque, y que en mi vida sos más que una persona que solo pasó a saludar. Si fue solo así, casualidad, fuiste la casualidad que dejó las marcas más profundas. Profundas en serio.
Coincidir nos hizo aprender. Nos sacamos mutuamente del lugar de comodidad en el que estábamos y cruzamos nuestros mundos, que aunque eran diferentes, por momentos encajaron a la perfección.
¿Y por qué dejamos de coincidir?
De un día para el otro, nuestras energías ya no conectaron más. Nuestros cables se pelaron, y al vernos, largabamos chispazos por todos lados. No de los buenos. Mis palabras, y tus silencios que me atormentaban, fueron el combustible. Yo escupía lo que sentía en monólogos de horas, vos solo te quedabas callada, yo exigía respuestas y vos no me las dabas.
Pudimos seguir intentando. Lo hicimos por mucho tiempo. No funcionó. Y los seguimos intentando igual, impulsadas por el mínimo dolor que sentíamos al caer en que no nos podíamos ver más.
Claramente, prendimos fuego todo. Y nos hicimos mierda, quemaduras de tercer grado. Porque somos tercas, y no queríamos dejarnos ir después de hacer lo posible para cruzar nuestros mundos.
Capaz necesitábamos quemarnos entre nosotras para alejarnos por un impulso nervioso. Porque si lo seguíamos pensando, hubiera habido un millón de intentos fallidos más. Creíamos que nos necesitábamos, y en algún momento así fue. Pero ese amor que tanto nos enseñó, solo nos hacía daño. Hubiéramos desafiado las leyes del destino con tal de no aceptar que eso ya no iba más. Pero eso ya es imposible.
No me arrepiento ni de un intento, ni de un beso, ni de un grito. Fue un amor que despertó las sensaciones más recónditas de mi cuerpo, que dolió y dejó cicatrices. Pero que me enseñó que ese no es un amor que perdura en el tiempo.
Por Martina Gaido
Nació en San Lorenzo, Santa Fe, Argentina. Es una joven de diecinueve años, escritora emergente, que finalizó sus estudios secundarios y decidió introducirse en el mundo de las letras.
En el año 2021, comenzó con un proyecto digital llamado “Palabrerio”, donde comparte sus escritos, reflexiones y opiniones sobre temas emocionales y sociales. Este proyecto lo lleva a cabo de manera autodidacta, realizando cursos y talleres que la nutran de literatura, e informándose sobre las temáticas que toca en sus escritos.
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