——Maldito seas, Bruno ——dijo Esteban mientras alzaba la mano para solicitar otra ronda de cervezas ——, la última vez que se me ocurrió hacerte caso, casi terminamos en las fauces de ese monstruo plutoniano. Y ahora vienes y me dices que hay una mina de grafe-borofeno, el mejor, más raro, y sobre todo, más caro combustible del Universo, olvidada en las ruinas del planeta Zirak-zigil en la constelación de Alnitak. ¿Sabes siquiera de toda la “hermosa” fauna que hay ahí acaso?
———Vamos, Esteban, no puedes negar que esa pequeña aventura en Plutón fue algo de lo más divertido que has vivido hasta el momento ¡No todos los días se enfrenta uno a un Gargaelium plutónico escupe ácido y sale con vida para contarlo! Además, con las ganancias de este trabajo saldrás de deudas y lo sabes, así que por la fauna ni te preocupes ——dijo Bruno mientras daba un sorbo a su cerveza.
Bruno sabía que no importaba cuántos riesgos se presentaran, a final de cuentas, contaba con la codicia, pero más con la adicción a la adrenalina de Esteban. Era cierto que en la aventura anterior casi habían terminado en las fauces de dicho animal plutoniano si no es porque en la lucha, Esteban había logrado, de forma milagrosa y sin ninguna intención mortal, que el animal se tragara un sobre de Radiación Hawking, el antiácido más potente del Universo (pequeño envoltorio que contiene bicarbonato positrónico que todo borracho carga consigo). Hecho que hizo explotar en mil pedazos al animal (Y ahora todo el Universo sabe que los Gargaeliums plutónicos escupe ácido y los antiácidos Radiación Hawking no se llevan nada bien). Y todo ello por los ultra-raros diamantes moldavitas que a la primera oportunidad que tuvo, Esteban los cambió por una ronda de cócteles argonitas. Una de las bebidas más exóticas de la galaxia I Zwicky 18, pues tiene la capacidad de hacerte recodar todos, pero todos, los sabores que alguna vez probaste en la infancia.
———¡Y brindo por ello, ese Gargaelium obtuvo lo que merecía! —— respondió Esteban mientras alzaba su tarro y lo volvía a bajar casi de inmediato al darse cuenta que seguía vacío. ——Yo sólo digo que si vamos a ir a Zirak-zigil tal vez sería buena idea conseguir un poco de ayuda—— concluyó mientras le dirigía una furibunda mirada al robot- mesero que ya había tardado más de la cuenta con la cerveza.
——Lo sé, es por ello que he contactado a Vanezza La roja.
——¡Vanezza La roja! ——gritó Esteban mientras se levantaba de la mesa al escuchar la mención de la mejor guía de toda la constelación Alnitak.
——¡Cállate!— soltó Bruno mientras lo tomaba del brazo para sentarlo en su lugar. ——, que la simple mención de su nombre levanta un interés inusitado por cualquier caza recompensas o busca tesoro. Eso de ser buscada por robo y fraude a la mafia Venusina en 13 galaxias no es para menos.
——Bien, bien, pero te aviso que si va ir ella, no pienso cuidarle como la última vez. Además, ¿quién nos va a escuchar?, mira a tu alrededor, todos aquí están tan ebrios como Lacertitas Fornaxianos, incluso ese Fétido Espumoso de la barra. ——y mientras decía esto Esteban señalaba a una forma de vida que al parecer era sustentada entre una mezcla de malos olores con lo que parecía ser un cuerpo hecho de Jabón espumoso.—— Iré a resolver algunos asuntos pendientes sobre el rotor gravitacional galáctico de mi nave a I Zwicky 18, y los veré en Zirak-zigil en tres semanas. ¿De acuerdo? ——concluyó Esteban mientras el robot-mesero llegaba con la última ronda de cervezas.
——Muy bien, sólo no te vaya a perder en esos cócteles argonitas otra vez—— dijo Bruno con una sonrisilla burlona que cruzaba de lado a lado al recordar cómo tuvo que recoger a Esteban en la constelación.
Uno esperaría que las minas de Zirak-zigil estuvieran a simple vista como es costumbre, pero no, y menos las minas de grafe-borofeno. Las cuales se camuflajeaban de forma natural con el entorno, con cualquier entorno. Y lo más peculiar de este tipo de minas es que aparecen y desaparecen en cualquier entorno. Por ello la necesidad de una Guía y de su búsqueda a pie. Y no de cualquier guía, obvio, sino de uno que conociera el planeta con anterioridad. Y la única que había estado en Zirak-zigil antes de la caída del Gran Mercado Comercial y el abandono del planeta, era Vanezza. Por eso la elección de Bruno.
Tras dejar las naves, la de Esteban y la de Bruno (una nave grande utilizada para mudanzas extragalácticas) a buen resguardo, atravesaron las dunas de Orga-zigil enfrentándose a una horda de hombres-cerdos hambrientos. Navegaron por el angosto mar de Zirak-central combatiendo al monstruo marino de 888 tentáculos conocido como Nekark. Surcaron los aires de Zir-zig-rakil, no sin la molesta compañía de una parvada de los famosos pericos piraña, bichitos capaces de acabar con una manada de mastodontes de la gran nube de Magallanes en menos de dos minutos. Se internaron en el bosque Alnitika y fueron víctimas tanto del polen durmiente esparcido por abejas hematófagas como de las planta defeca odio que casi logra que se maten entre sí. Subieron la montaña Pico Invertido, curiosamente sin problemas, y fue ahí, en el pico invertido donde localizaron la entrada. Esta se camuflajeaba espectacularmente con los rayos del sol , y si no es porque Vanezza vio el destello de los rayos reflejados invertidos en el pequeño módulo de acero gastro-almorzar que Esteban desplegaba para desayunar en ese momento, no la hubieran encontrado.
Entrar, recoger el material, marcar y poner rastreadores intergalácticos dentro de la mina no fue ningún problema. Para mediodía, ya habían acabado.
Y fue justo cuando saliendo de la mina, que Vanezza al escuchar el accionar de una mat-a100c/h, arma más que conocida en el bajo mundo de los negocios por ser eficiente pero muy ruidosa, alcanzó a empujar a Bruno y aventarse ella tras una gran roca que se encontraba a unos metros de distancia de la salida, quedando Esteban en el umbral de la mina. Una lluvia de disparos comenzó a caer sobre ellos. Eran los Fétidos Espumosos, mercenarios de la galaxia Del Molinillo Austral .
——Entréguenos las piedras y les respetaremos sus putrefactas vidas—— dijo un espumoso.
——Primero muertos, rastreros olorosos—— respondió Vanezza.
——¡Maldita sea, Esteban, te dije que nos estaban escuchando en la taberna, y seguro fue ese maldito espumoso que se encontraba en la barra!—— gritó Bruno a todo pulmón para que Esteban lo escuchara .
——¡Caray, Bruno, no pensé que a los espumosos les interesara lo sólido como las piedras, sino créeme, ni plop hubiera dicho!——, le gritó de regreso.
——Disculpen que interrumpa su amena charla, chicos, pero me gustaría saber si tiene algún plan en mente, porque de lo contrario hasta aquí llegamos. Ya que estoy segura que les demos o no las piedras a esos espumosos somos tablillas de jabón en sus manos—— dijo Vanezza mientras al mismo tiempo disparaba y acertaba en un espumoso.
——En eso estoy, en eso estoy——respondió Esteban mientras algo buscaba en su mochila. ———Sé que lo puse por aquí.
——Vamos, Esteban, apúrate que nos están rodeando——gritó Bruno mientras acertaba en otro blanco.
——Ya los vi, si no estoy ciego——respondió Esteban mientras aventaba su mochila y comenzaba a esculcar todos sus bolsillos———Ya lo encontré, aquí está, aquí está———gritó con furor mientras sacaba una pequeña cajita de uno de sus bolsillo y la abría.
Oprimió el único botón que se encontraba. Y fue cuestión de algunos minutos, que para los tres aventureros parecieron siglos bajo la lluvia de disparos en la que se encontraban, que en lontananza apareció una pequeña nave. Al verla de cerca uno juraría que estaba frente al DeLorean. De repente, sus faros centrales se abrieron y dejaron ver dos pequeños cañones, que mientras se iban desplegando comenzaron a disparar chorros de hidro plasma refrescante con olor a pino. Única mezcla capaz de exterminar (aunque el término correcto en este caso sería Limpiar) a esa raza espacial conocida como Fétidos Espumosos, cosa que no le tomó más de veinte minutos.
Resulta que lo que Esteban fue a hacer a la galaxia I Zwicky 18, no fue otra cosa más que a reponer el módulo de piloto automático de su nave que había apostado y perdido contra un betelgusiano en una carrera tres días antes de que Bruno se presentará en el bar con la información de la mina. Apuesta que él mismo fomentó, pues había leído en Colisionador de Hadrones , revista especializada en naves intergalácticas, que no existía nada mejor que los pilotos automáticos betelgusianos para aquellos que se “excedían” de tragos, así como él. Pues con su revolucionaria tecnología no importaba en cuál sistema galáctico hubieras dejado la nave. Sólo era cosa de apretar el botón y en cuestión de minutos, y en raros casos de horas, la nave estaría ahí.
El hidro plasma refrescante con olor a pino solo lo había comprado porque era lo único que podía quitar el vómito y sacar el olor de los cócteles que preparaban en I Zwicky 18, y de los cuales era asiduo consumidor. Que fuera mortal para los Fétidos Espumosos, era algo que ni Esteban ni ninguno de sus compañeros sabían. Y fue lo único, el sistema de limpia de su nave, que a Esteban se le ocurrió accionar para darles un poco de tiempo mientras eran asediados por los Fétidos Espumosos.
Ya una vez en la nave, con la calma que trae la victoria y después de poner el piloto automático se dispusieron a partir y repartir lo obtenido
———Bueno, aquí está lo convenido——, dijo Bruno extendiéndoles una piedra del tamaño del puño de un bebé reno-saurio recién nacido a cada uno. ——Con ello tú pagas todas tus deudas de juego y bebida y te sobra para unos diez años de “paz”——le dijo a Esteban——— y tú pagas los créditos extragálacticos que le debes a la mafia Venusina y lo demás te proporcionará una vida placentera un buen tiempo ——le dijo a Vanezza.
Yo me dirijo rumbo al cuadrante
Tipo SA(rs)c
Ascensión recta 12h 26m 27.1s
Declinación +31° 13' 25"
Distancia 62 millones de al
Magnitud aparente (V) 11,0
Tamaño aparente (V) 3,6' × 2,0'
Como pueden notarlo es la galaxia NGC 4414 en la constelación Coma Berenices.
——Pues vamos a para allá, a ver qué encontramos— dijo Vanezza.
——Los cócteles de este lado del universo ya me están aburriendo, un cambio no estaría nada mal ——, comentó Esteban.
———Berenices, allá vamos—— sentenció Bruno poniendo rumbo directo.
P.D; El nombre de Zirak-zigil fue tomado de la obra de J.R.R. Tolkien, y significa “Cuerno de plata”: el monte Celebdil en la lengua de los enanos.
Por Leonel Fernado Hernández Piña
Tengo 42 años.
Vivo en la Cd de México
Soy licenciado en Filosofía por la UAM-Iztapalapa y me dedico a la docencia a nivel preparatoria y universidad.
Me han publicado ensayo, relato y cuento en varias editoriales independientes como: La sangres de las musas en la antología de Homenaje a Bukowski con el relato “Espíritu colectivo”, también en la editorial Sangre y Cenizas he publicado ensayo de corte filosófico y estético más que nada, recientemente la editorial Alebrijez me publicó un cuento titulado “Hazlo saber” en una antología en la cual el tema son las conspiraciones.
Cabe destacar que las editoriales antes mencionadas tienen una existencia de 20 años, exceptuando la Editorial Alebríjez, la cual tendrá entre 8 y 9 años de vida.
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