Su imagen me refleja. El espejo de una que respira y exhala arte.
Efecto espejo con mi persona favorita. Y lo es, no por ella.
Un reflejo que proyecto de su ser en mí, a pesar de ella misma.
Es por lo que por ella yo siento. Lo que me hace sentir, lo que siento por él.
Como un espejo que manifiesta lo que hay en mí (en cierto modo).
Amo lo que se fulgura de mi amor por él.
Realismo mágico.
Veo en ese espejo que muy lenta e imperceptiblemente me estoy dando por vencida desmoronando bemoles en clave de sol.
Mi Sol.
Muto en este otro ángulo del prisma. Y en este otro. Y en este otro, en ritmo de saudade.
Eso sí, jugando con las letras, experimentando versos sinestésicos.
Efecto espejo de mi amor por él es un todo en los diminutos y palpitantes trozos de mi corazón.
En este lienzo de bocetos imposibles, que danza @rrobado en escenario virtual, irradio en la dirección inversamente proporcional.
O en este otro plano. O en este otro. O en este otro. O equidistante.
Donde no lo enceguezca. Donde lo ilumine a contraluz, siempre alumbrando su protagonismo y presencia en mí.
Habito en una onda hertziana que no habla en primer plano, sintiendo, en sinfonía cuántica, aquella voz deliciosa, ronca y dulce del interior de su espíritu.
A pesar de que lo emite, lo que me dice el efecto espejo, es que ese susurro no lo siente sus propios oídos sordos. No sabe lo que dice. No tiene por qué.
Muy a su pesar, mi persona favorita sin saberlo, saltó del cristal y se inclinó en mi cama, despertándome una madrugada de ensueños, diciéndome:
“Aquí estoy. Te espero”
Por MiJoChi
MiJoChi (Mirla Chirino) es una artista venezolana, autodefinida como polimática ya que se desenvuelve entra varias disciplinas artísticas: literatura, teatro, artes plásticas, en las cuales se ha formado por 35 años.
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