¿No sabes quién eres al amar?
¿No aún después de todos los desnudos,
las culpas, los hechizos, los llantos, los anhelos,
los asesinatos y los desfallecimientos?
¿Serás un amante tierno?
¿Acaso un salvaje?
¿Serás de los que asaltan o de los que arrullan?
Quienes amé ¿podrán ser fieles testigos de mis latidos?
¿Y si me acusan de carnívora o de delator?
Sé
que necesito espacio y ruido
para querer desde mí
y no desde lo que esperan.
Sé
que todos mis amores tuvieron una intención
y un sentido único,
necesario, irrevocable:
construir el mito.
El mito del origen de mi placer
de mi dolor,
de mi intimidad,
de mis pulsiones,
mis paraísos y mis heridas.
De todo lo que incendio para amar.
Sé
que todo egoísmo es frágil
a excepción de amar.
Sé
que el amor delata al cobarde repulsivo
al que necesita de altares
al que desparrama sin recato la inmadurez
y la ambición voraz de desear.
Sé
que el amor evidencia miedos
nombra apetitos
y provoca heridas al ego.
Sé
que hay corazones que crecen en libertad.
Pues no sé amar de otra manera
que no sea esta.
Traspasándolo todo.
Aunque el amor sea una promesa de iluminación
y entre soledades quieras implorarlo,
antes de desgarrarte en invocaciones
te digo:
Entrañas
no pidan amor
sino amar.
Exijan el verbo que es la acción
no el sustantivo
que es inerte.
Por Elena Glz
Elena es un enorme diálogo.
Rítmico. Alucinante. Solitario.
Un diálogo hecho de murmullos y delirios que acompañan todo lo que sucede.
Estudio psicología, devoro galletas y puedo pronunciar verdades con los dientes apretados.
Escribo cuando nadie me ve y nunca es voluntario.
La poesía es un embrujo.
Sano con oídos y palabras. Curandera.
Autora de laspalabrasonmoscas.com
Tuiteo en @azuledad y lloro al medio día.
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