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El caleidoscopio mágico

Enciclopedia del Amor Universal

Mentalizaba ese nombre a falta de papel y pluma para anotarlo. Debía correr a la biblioteca de la ciudad para investigar si estaba ese libro para la tarea que nos dejó el maestro de ética y religión, es muy importante para la calificación de semestre y no estoy dispuesta a llevarme esa materia al extraordinario.

En el camino, recordaba la última clase que tuvimos de esa asignatura, el maestro nos pidió que formáramos un círculo para organizar un debate para contestar la siguiente pregunta: ¿las personas LGBT+ realmente son dignas de tener derechos?

La siguiente hora se tornó un verdadero infierno, salía respuestas por aquí y por allá, desde las más “inteligentes” invocando a la biología, lo antinatural de los trans y de que solamente los hombre y las mujeres juntos podían tener hijos, por lo que no era conveniente que los del mismo sexo se casaran ni tuvieran hijos, hasta las que podrían dejarte boquiabierta, que decían que los LGBT ya tienen más privilegios que los heterosexuales, que el mundo está perdiendo los valores, y que los homosexuales eran una aberración. Para rematar, el maestro, quien era un acérrimo defensor de la religión, remató diciendo que los gays no iban a alcanzar la gracia de Dios por su condición, son enfermos mentales, estaban en pecado mortal y que hay que proteger a los niños para que no caigan en tentaciones.

Durante ese “debate”, algo en mi interior me hacía sentir muy incómoda, quería que la hora se acabara lo antes posible, porque ya no soportaba cada comentario que emitían mis compañeros, la conversación se iba subiendo de tono al grado de llegar a las burlas y descalificaciones, ya no estaba agusto ahí, pero para mi desgracia, el tiempo se hizo eterno, por lo que tuve que soportar esa tremenda tortura.

Al finalizar, el profesor nos dejó de tarea buscar y hacer un ensayo sobre “La Enciclopedia del Amor Universal”, un libro que según sus palabras, nos ayudaría a reafirmar nuestras ideas y acercarnos al modelo constituido por Dios para al final de nuestras vidas alcanzar su gloria, un discurso que se me hizo un poco ridículo, pero no me quedaba de otra, como dije, no estaba dispuesta a irme a extraordinario de eso.

Así que al llegar a la biblioteca pregunté por el tal libro.

—Al fondo a la derecha señorita, en la sección de religión.— me respondió la encargada.

Llegando no tardé en encontrarlo, porque destacaba entre todos los que estaban ahí, era un libro rojo enorme que estaba en el primer estante, así que lo tomé y me dirigí a las mesas para hacer el ensayo, cuando de pronto, vi que atrás de la enciclopedia estaba un tubo pequeño muy llamativo, lo intercambié por el libro y al tenerlo entre mis manos, me di cuenta que era un caleidoscopio muy particular, estaba hecho de oro e inclusive desprendía polvito parecido a la diamantina. Así que, seguí a mi curiosidad y empecé a jugar con él, observaba las figuritas que se hacían hasta que noté que algo se sentía extraño…

El ambiente ya no parecía el de la biblioteca, sino que era un lugar similar al espacio exterior, enorme, lleno de figuras que parecían planetas. Y cuando más impresionada estaba por ese sitio desconocido, caí en la cuenta de que había cambiado, ya no era una mujer, sino que me había convertido en una silueta humana de color azul marino llena de estrellas, como si estuviera desprevenida y alguien me hubiera puesto papel tapiz encima para hacerme un disfraz.

Quedé horrorizada, grité del espanto que tenía, cuando de pronto, llegó otra silueta humana color naranja con estrellas más brillantes, como si se hubiera bañado en diamantina, me vio y corrió a mi auxilio.

—¿Qué te pasa? ¿Estás bien? ¿Te ayudo en algo?

—Sí, dime ¿Qué me pasó? ¿Por qué me veo rara? Yo no era así.

—Ah, es que usaste el caleidoscopio mágico y abriste un portal hacia nuestro mundo.

—¿Qué mundo?

—Bueno, uno donde no existen los humanos como tal, sino uno donde seres como nosotras podemos ser auténticas.

—¿Auténticas?

—Así es, mira si quieres te enseño.

Enseguida, me dio un recorrido por el lugar, era misterioso pero a la vez mágico y tranquilo, creí por un instante que estaba en un escenario fantástico donde había hadas y seres mágicos.

—Mira, esa de color turquesa tiene círculos en vez de estrellas en su piel, y aquel de color fucsia tiene el poder de cambiar de traje como él lo desee, tal vez manaña se ponga algo amarillo con triángulos y mira a ese par de allá, ellos puede sacar alas de su espalda y volar por todo el lugar. También el ser que está sentado frente a nosotres está leyendo un libro de botánica, se quiere volver experto en plantas para aprender a cultivarlas y así regalarlas a los otros seres con los que sienta conexión.

—Espera, ¿qué es eso de nosotres y con qué se come eso de la “conexión”?

—Ah cierto.—decía riéndose— Olvidé que eres de otro lugar. Mira, aquí decimos eso de nosotres porque como no tenemos un género en específico, nos referimos de manera neutral, aunque claro, también somos flexibles, por lo que uno de nuestros modales es que si nos acercamos por primera vez a alguien, le preguntamos primero cómo le gusta que le llamemos y de qué manera lo hacemos, a algunos les gusta lo femenino, otros lo masculino, a otros les gusta lo neutral y a algunos les da igual, es más, ¿cómo me refiero a ti?

—Ah entiendo, creo que por el momento me gustaría que me llamaras en femenino, apenas le voy agarrando la onda a esto del lenguaje.

—Muy bien, y sobre la conexión, así le llamamos a lo que ustedes los humanos le dicen el amor, verás, cuando dos o más seres se encuentran entre sí existen posibilidades de que en algún momento de su convivencia se active algo que le llamamos la señal, que no es más que una luz que nos inunda por nuestros cuerpos y nos indica que estamos disponibles para la conexión, es ahí cuando decidimos qué hacer, podemos simplemente abrazarnos, darnos cariño o lo mejor de todo, hacemos una danza especial para sellar esa conexión y así intercambiamos esencias, tú podrías tener parte de mi esencia en ti y yo parte de la tuya en mí, de verdad es muy bonito.

—Vaya, y me imagino que no se ponen especiales con eso de las apariencias ¿verdad? digo, no se ponen a pensar que si es alguien femenino o masculino o de tal orientación o así.

—Para nada, es algo muy puro y auténtico, a nosotres nos importa más la conexión en sí que cómo luce el ser, porque cuando se presenta la señal, ya no es fácil pararla.

—Cielos, a mí me gustaría experimentar algo así en el mundo de donde vengo.

—¿Sí?¿Cómo es allá?

—Bueno, allá las personas te juzgan por quién te enamoras, te critican, y te hacen sentir mal por algo que se supone que te debería de hacer sentir bien, en serio, no terminaría de explicarte.

—Que lástima, al parecer algunos de tu especie definitivamente no han aprendido, es algo sumamente sencillo, no entiendo porqué para ustedes es tan complicado entenderlo, no quiero imaginar que tan herida estás por eso.

—Ni te imaginas, si tan solo hubieras estado en la escuela conmigo, me hubieras visto cómo estaba de incómoda en la clase con tanto comentario grosero sobre los LGBT, de verdad me hizo sentir que no estaba segura ahí.

—Lo sé, lo bueno es que encontraste al caleidoscopio mágico que te trajo aquí, ahora estarás a salvo y lejos de esas personas nefastas, podemos ir a donde tú quieras, yo me encargaré de que te sientas cómoda y vivas feliz aquí.

—De verdad me encantaría, no sabes cuánto me hace falta sentirme así, pero creo que debo volver a mi mundo real.—dije desilusionada— Amo mucho a mi familia y tengo miedo de generarles pendiente, además, aún no me siento segura de mudarme aquí, siento que es demasiado rápido para tomar una decisión tan grande.

—No te preocupes.—Dijo mi nuevo amigo con una sonrisa.—Yo te ayudaré a regresar a casa, ¿tienes el caleidoscopio mágico?

—Sí, aquí lo traigo.—Lo saqué de algún lado de mi traje inusual.

—Bueno, pues lo único que tienes que hacer es simplemente repetir lo que hiciste para llegar aquí, debes observar las figuritas que hace y él se encargará de eso.

—Claro, muchísimas gracias, de verdad es maravilloso tu mundo, quiero volver a visitarte algún día.

—Así será, mientras tengas el caleidoscopio mágico contigo, podrás visitarnos cuantas veces quieras, este es tu lugar seguro.— Lo decía mientras me sostenía las manos.

En ese momento noté que algo pasaba con nosotros, brillaba esa luz intensa en nuestros cuerpos como había dicho, recordé que esa era la señal pero me inundé de miedo, así que apresuré la partida.

—Bueno debo irme, nos vemos muy pronto.— Y activé mi caleidoscopio.

—Mucha suerte y cuídate.— Se despidió de mí con una sonrisa muy hermosa.

Todo fue tan rápido que no supe en qué momento me encontré en la biblioteca de nuevo, pero estaba acostada en el piso, como si me hubiera quedado dormida.

De repente, se me acercó a mí una persona que me hacía recordar al ser que me encontré en el otro mundo.

—Hola, vengo por ti porque ya están a punto de cerrar la biblioteca y no quiero que te dejen adentro.

—Hay perdón, se me fue el tiempo y no alcancé a hacer mi tarea.

—Jajaja, tonta, recuerda que vamos en el mismo salón, si quieres te la paso ya sabes.—era Meli, mi compañera de clases, por la que empezaba a sentir cosas más allá.

—Ah cierto, mejor vámonos, no quiero más sustos por hoy.—Lo dije mientras guardaba mi caleidoscopio en mi bolsillo.

Y así partimos las dos aquel día, nos fue bien con la tarea y le conté a Meli sobre mis aventuras en el otro mundo, la dejé impresionada y me dijo que quería conocer más.

Al pasar de los meses, agarramos más confianza y le dije lo mucho que me gustaba y ella me dijo que sentía lo mismo por mí. Fue el mejor día de mi vida y me dejé llevar por la señal, tal vez eso de las conexiones son ciertas después de todo

 

Por Mayra Ortiz

(Zamora, Michoacán) es egresada de la Licenciatura en Psicología y escritora, escribe poesía, cuentos y microcuentos, los cuales han concursado en varios concursos a nivel nacional e internacional. Es una de las autoras participantes de Rémora Fanzine (2021) editado y producido por Luz Vesania, Parvada de Palabras (2022) editado por el CRAM (Centro Regional de las Artes de Michoacán) y creadora de su propio blog Notas Mentales.

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