“Existen otros mundos, otros seres y otrsa formas de entender la existencia”
Javier LópezAl sentarse sobre su alfombra mágica para mirar la luz de las gaviotas, Aniki se percató del error. Aspiró los polvos mágicos equivocados, mientras leía la plegaria inscrita en el monumento 6, descubierta en el petroglifo antiguo. El reconocido arqueólogo egipcio Hawass, de visita en México, lo halló por serendipia cerca de las ruinas de la antigua ciudad maya en el sector Tortuguero. La plegaria relata la importancia y presencia del dios extraterrestre Bolon Yokte, creador de la inteligencia de la humanidad con el símbolo de la Tortuga, conocida como carey. Se dice que todos los escogidos llevan en medio de la frente una especie de tercer ojo, con una determinada luz, solo perceptible por otros con poderes espíritas o ancestros directos de la deidad.
Aniki es heredero del dios alígeno pero nadie cree su historia y lo tildan siempre de loco. Esta equivocación de mezclar los polvos puede muy bien llevarlo muy lejos, sin la certeza de conocer su efecto. Es decir, si se quedará como humano o tortuga sagrada para siempre. o mantenerse como un ser híbrido. Esto es, con el poder de elegir lo uno u otro cuando lo ameriten las circunstancias. No, no se podían mezclar se dijo muy preocupado. Esta vez de nada le sirvieron el catalejo, su vetusta brújula y el sombrero de flores domingueras recogidas aquí y allá.
La van Ford blanca del manicomio se dirigía ya rumbo a su encuentro, como una brisa ligera, pero para sorpresa suya, en un abrir y cerrar de ojos, la alfombra mágica se hizo pájaro en medio del cielo gris, perdiéndose en lo alto. En la calle los espectadores del suceso dijeron a coro, se les escapa el loco, es un brujo, llévenselo, se les escapa.
Pero Aniki, sintiendo como si flotara y sonreído, dijo yo no, yo soy un poeta, un semidios. ¿No lo comprenden? No soy ni loco, ni brujo, ni mago, ni adicto ni ocho cuartos y tampoco voy a revelarles mi secreto. Yo estoy bien, bien, bien. Y mirándolos eufórico con ojos desorbitados, girando en sus talones con la visión borrosa y manoteando gritó a todo pulmón yo vivo en las nubes, vengo de las estrellas y Yokte me da su protección. Vengan ustedes por esos, por aquellos de allí, los que gritan, ellos sí, son los locos. Entonces sin querer se frotó el tercer ojo y cayó de bruces convertido en tortuga…
Por Antonio Ramírez Córdova
Antonio Ramírez Córdova nació en Santurce, Puerto Rico en el 1941. Es poeta, dramaturgo, ensayista, narrador, crítico literario y catedrático universitario jubilado pero activo en las letras. A lo largo de su carrera, ha recibido los premios Mairena y el Nacional de Poesía del Pen Club (1984 y 1985). En el 2019 ganó el XI Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico. Se alzó con el segundo lugar en la 25˚ Antología de la Universidad Politécnica de PR (2020) y el Instituto de Cultural Puertorriqueña publicó rcientemente varias de sus obras de teatro (2021). Cuenta con varios poemarios, decimario, un libro al desaparecido mundo indígena Taíno, al centenario de Miguel Hernández y Dichos de Antón, especie de tratado filosófico que combina con platos de una fonda pueblerina. Los trabajos de Ramírez Córdova han sido publicados en revistas literarias y culturales de varios países. Asimismo sus obras aparecen en varias antologías de hispanoamérica.
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