Las manos de la apetencia
reclaman por piel
entre las yemas de los dedos.
Sedienta lujuria,
retrepada a mis espaldas,
siguiendo los pasos
del miedo encarnado
en mi sudor.
Madre del fuego divino,
fúrica y encolerizada
con tus hijos.
Lerdos los hombres
con sarta de necedades
en su faz.
Condenado sea aquel
afanado de poder,
mortificándose en aposentos
suntuosos.
Miserable al tormento
de la interrogante
¿He de morir vano?
Apasionante aliento,
que alabas a la boca del débil
ante la pura esencia,
que cae de los manjares
en el jardín del paraíso.
Asestando al pulso ramificado
de mi pecho y brazos.
Reza por los ahogados
en los aires de su propia imagen
que oran por más
de sí mismos.
Observando desde arriba
a la repugnante afluencia.
Renace en el ojo del celoso
una piedad falsa trazada
en su gesto,
gentil y benévolo.
Mientras que en sus adentros
retorciéndose sus sesos gritan.
Reza por las víctimas asidas
con fuerza al regazo
del suelo.
Plantadas a la gravedad
de la desidia que consume
sus cuerpos abatidos.
Muriendo, poco a poco,
y viviendo al unísono
en el país de la vida.
Por Cesco Ram
Nació el 7 de febrero del 2001. Originario Tlaxcalteca, es escritor de poesía, cuentos de terror, ficción, suspenso, drama, etc. Ha publicado en el primer número impreso de la revista “El sexxxto día”, en la antología “Diversidad(es)”, así como en las revistas “Doble Voz”, “Polisemia”, “Alcantarilla”, “Poetómanos”, “Rito”, “Consejo Nocturno”, “Factótum”, “Teresa Magazine”, “Cisne”, entre otras.
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