El roble y el ladrón de sueños
- cosmicafanzine
- 1 ago 2021
- 7 Min. de lectura
Mi imaginación cobraba vida cada que visitaba ese roble enorme que estaba cerca de casa no pertenecía a mi propiedad pero tampoco era parte del parque solo era como una pequeña isla a la mitad del camino siempre me despertó una enorme curiosidad ese precioso roble con sus hojas caídas y su hermoso tronco al cual le encontraba tantas forma que me perdía en ellas su textura era el paraíso entre mis manos.
Y cada que salía de casa pasaba a visitarlo, algunas veces me gustaba recorrer sus bordes otras más acariciar sus hojas se convirtió en mi obsesión. Tenía una vista perfecta desde la ventana de mi habitación comencé a dibujarlo en acuarelas trate de plasmarlo tanto como lo percibía.
Una noche mientras el insomnio me atacó no logre evitarlo, y camine hasta llegar al roble en cuanto me recosté entre sus raíces, como si me meciera entre él logre conciliar el sueño tan profundo que logre visualizar uno de mis más profundos sueños que era un viaje en carretera escapando de todo solo un poco de humo y vino sin las reglas o protocolos que debo guardar frente a todos y sobre todo a mi esposo, deseaba demasiado volver a ser esos jóvenes que nos escapabamos escuchando música de Jim Morrison a todo volumen.
Antes de que los rayos del sol comenzaran a caer sobre mi rostro desperté cayendo en cuenta que debía volver a casa para evitar una discusión. Subí las escaleras hasta llegar a mi habitación la profundidad de ese sueño me dejo con energía todo el día mi esposo Mario tuvo su rutina de mañana café servido lectura de periódico y un beso en mi frente todo en silencio sin nada que decir asumí que él no notó mi ausencia. Intente conciliar el sueño en mi cama pero no lo lograba me senté en el borde de la ventana observando el roble y no lo conseguí mis deseos de volver a dormir entre sus raíces me atacaban pero hice uso de mi autocontrol y corrí hacía el por qué no tendría una explicación lógica que dar.
Me quedé en mi cama frustrada y sin una pizca de sueño, por la mañana hice la misma rutina pero con el peor humor que decidí encender la televisión me recosté en el sofá dando inicio el programa no podía creer lo que mis ojos estaban viendo era el sueño que tuve en el roble tal cual la ropa, el auto, el lugar del viaje. Mi corazón comenzó a latir al mil por hora di un salto tomando mi bolso para ir al estudio y saber que era lo que estaba pasando o si estaba volviéndome loca.
Al llegar al estudio donde fue grabado ese programa pedí hablar con el escritor y productor del programa pero ambos se negaron atenderme pues uno ya no se encontraba en el lugar y el otro simplemente no se dignó en atenderme yo necesitaba respuestas como es que mi sueño había sido plasmado en la televisión como pase de estar dormida en el roble a esto.
Regresé a casa aún más frustrada, quería contarle a mi esposo pero no lo hice, quería olvidarme del tema lo que restaba del día.
Cuando finalmente mi esposo se durmió, baje hacia el roble necesitaba investigar si tenía una cámara escondida o alguna respuesta que necesitaba pero al llegar solo me recosté nuevamente entre sus raíces quedando profundamente dormida, esta vez el sueño se situaba en el bosque, mientras caminaba en él, los árboles cobraban vida podía hablar con los animales pero en este sueño no era yo si no mi hija Melody la pequeña que perdí antes de nacer al despertar di un salto enorme era aún de madrugada aunque el sueño fue hermoso me trajo demasiados recuerdos, volví a casa y deje que todo fluyera, hasta que encendí nuevamente el televisor volví a ver mi sueño en ese programa esto era demasiado para mi así que llamé a mi esposo al llegar le conté todo lo que estaba pasando lejos de sorprenderse se preocupó llevándome de inmediato al doctor no lo comprendía de verdad me estaba volviéndome loca como podría ser así si estaba la evidencia del programa de plasmar detalles que solo yo conocía cómo era posible hasta que las palabras finales del doctor fueron “no existe tal programa” me quedé muda con un dolor enorme en mi pecho como si todo lo imaginara y nada fuera real.
Esa noche volví a casa solo para meter todo en una maleta e ir a la estancia que había recomendado el médico tal vez la pérdida de Melody me tenía tensa era parte del duelo desenvolviéndose no dije ni una sola palabra; Mario no quería mirarme pues parecía que el amor se había desvanecido para solo darme una mirada de lastima la distancia y la cura seria los ingredientes perfectos para el divorcio.
Los medicamentos que tome y la estancia de un mes en aquel lugar me mantenían en calma pero sobre todo con la idea de que todo estaría mejor y lo intentaríamos una última vez y así fue como las cosas sucedieron, todo marchaba más que bien mi relación con Mario mejoró, perdí el miedo a encender el televisor sola pero no tenía mucho que ver en ella prefería los libros escribir o dibujar para despejar la mente, las medicinas me ayudaban a conciliar el sueño no tenía tiempo de pensar en el roble frente a mi ventana. Hasta el día que decidieron los vecinos talar el roble antes de que la cortadora se acercara a él me aferre abrazándolo los trabajadores me observaron molestos muy en el fondo tenía mucho amor por él, pues ahí había tenido el último sueño con Melody los trabajadores trataron de quitarme entre los forcejeos y un golpe en mi cabeza me dejó inconsciente despertando en el hospital el medico reprobó mis comportamientos igual que Mario ya que eran indicios que no había mejorado del todo pensaron que debía volver a la estancia a tomar un nuevo tratamiento más agresivo que me quitara de la cabeza ese roble.
Accedí a ello cuando vi las cicatrices en mi rostro me estaba autolesionando, y la pérdida, mi matrimonio fallido estaba consumiéndome, poco a poco las visitas de Mario en la estancia eran frecuentes pero cuando me visitaba por lo regular me encontraba dormida conectada a un nuevo tratamiento que me permitía conciliar el sueño profundamente en mis sueños lograba tener imágenes tan lucidas de mi vida como de verdad deseaba que fuera con Melody a mi lado Mario aun con amor mi mundo ideal estaba en mis sueños incluso había personas secundarias pero recurrentes en mis sueños no sabía cómo, pero esa máquina a la que me conectaban cuando dormía era mi droga personal pues no deseaba nada que no sea dormir.
Pero una noche quería vivir en mi realidad estaba de verdad escapando que olvidaba mi mundo real comenzaba a preocuparme no me sentía yo cuando estaba despierta así que en un acto de supervivencia fingí tomar las pastillas y también estar conectada a esa máquina solo pretendía que si trate de conciliar el sueño sin esa máquina y no lograba dando vueltas en la cama escuche que alguien entraba a mi habitación así que solo me quede inmóvil su perfume era familiar, era Mario me gire lentamente esperando que me hablara pero no fue así solo se sentó a lado de mi cama con una libreta entre sus manos conectándose de igual manera a la máquina que me ayudaba a dormir se quedó esperando algo, no sabía qué ,pero él esperab.a no pretendía dormir solo se quedó observando, al principio con ansiedad y luego la desesperación apareció, se levantó de su lugar para ir a buscar al médico.
No escuche con exactitud qué mencionaban, pero Mario se veía alterado yo me envolví entre las sábanas fingiendo dormir, esto era bastante raro por la mañana pretendí tomar las pastillas y fui a la sala de estar donde tenían encendido el televisor y me di cuenta que mis sueños y todo lo que veía por las noches estaba plasmado en aquel programa que me habían dicho que no existía, mi mente exploto pero debía salir de este lugar antes de hacerlo platique con algunos pacientes todos confirmaban que habían visto lo mismo que yo.
¿Estaba de verdad alucinando? ¿O solo era locura y pérdida lo que me enloquecía? Millones de preguntas me abrumaron, pero después de tres ideas tenía el plan perfecto para escapar de ese lugar lo hice con éxito y volví a casa toque la puerta pues necesitaba contarle todo a Mario y que el doctor había mentido y estaba sometida a experimentos extraños que nos habían engañado al intentar entrar a mi hogar una mujer abrió de golpe molesta y sorprendida al mismo tiempo me cuestiono del porque forzaba la puerta de su casa para entrar antes de decir que esa era mi casa observe que frente a mi estaba una fotografía de Mario y ella casados no supe que decir que solo me retire del lugar mire hacia el roble y el ya no estaba solo se encontraba restos de lo que era él, unas pequeñas hojas escapaban de sus raíces quedándome recostada entre lágrimas y confusión me quede dormida.
Una mujer me despertó, pensando que tal vez estaba mal me invitó a su casa para tomar algo caliente solo me limite a decir que necesitaba encontrar al creador de ese programa, la mujer muy amable me platico que era su programa favorito que adoraba a los personajes en especial a la niña Melody, era muy linda y que al creador del programa ella lo conocía que de hecho él la había invitado a visitar el set y podía hacerlo cuando ella quisiera.
Accediendo a llevarme al estudio, me presto ropa y me arregle un poco mejor que mi aspecto abatido y lleno de confusión pues Mario durante todo estos meses ya había planeado como tenerme en ese lugar haciendo una nueva vida sin mí haciéndome sentir culpable de todo, al llegar al estudio el personal nos recibió de la mejor manera pregunte por el creador del programa el personal solo se limitó a decir que tuvo una emergencia y que llegaría un poco más tarde. Hasta que una voz familiar me guió hacia la oficina cercana al set.
—Deben encontrarla para eso pago puntualmente, necesito que esté en el hospital a más tardar esta noche, no me interesa, hagan su trabajo que si no ¿de donde tomaré las notas para los siguientes guiones? — Antes de decir algo corrí del estudio, debía huir no quería respuestas tenía que huir de aquel ladrón de sueños, ahora todo tenía sentido la máquina, el programa todo era real incluso mis sueños siendo para su beneficio monetario solo era utilizada para la gran pantalla.

Por Patricia Juárez
Kimberly Patricia Juárez Vázquez de nacionalidad Mexicana. Vive en el Estado de México. Egresada de la Licenciatura en Derecho Internacional por la Universidad Autónoma del Estado de México. Participante en distintas convocatorias de diversas revistas digitales con diferentes temáticas, acreedora a constancia y participación en la Antología “Amarres de Amor Propio” con la obra “En Tierra Santa” buscando siempre con sus relatos y escritos mostrar diferentes perspectivas crear empatía ante situaciones vulnerables o dejar algún mensaje en ellos, viajera y expositora de sueños. Actualmente es participante honoraria en la comunidad de Lunáticas espacio creado por y para mujeres.
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