El sol ardía sobre Aurum Prime mientras Ezequiel Cross cabalgaba por el desierto. Años atrás, había sido un brillante médico en la colonia de Novaterra, pero un accidente le arrebató su vida como la conocía. En ese lugar fue encontrado por los misteriosos “Custodios”, una orden secreta que lo revivieron y le enseñaron a mezclar magia y tecnología. Ahora, era un vagabundo místico, llevando sus habilidades a los rincones más olvidados del universo. En Sol Silencioso, una aldea azotada por extrañas desapariciones, Ezequiel encontró rastros de energía tecnomágica. Allí conoció a Calypso Brandt, una pistolera que buscaba a su hermana perdida. Juntos siguieron las pistas hasta la mina de Aurum Prime, donde el Prelado Vannok, un tecnomago obsesionado con el poder, desataba la fuerza de "La Lámpara de los Senderos", un artefacto capaz de reescribir la realidad. Se enfrentaron en una batalla que se equiparaba a una tormenta. Vannok, con el poder de la Lámpara, deformó el paisaje, mientras Calypso combatía a sus secuaces con precisión letalde la mano de su revolver laser. Ezequiel conjuró un hechizo prohibido que drenó parte de su energía para sellar la Lámpara en un plano inaccesible. Vannok quedo derrotado, el silencio volvió al horizonte.
Aunque agotado, Ezequiel sabía que su viaje no había terminado. Calypso, impresionada por su sacrificio, decidió acompañarlo. "Aún quedan muchos peligros ahí fuera", le dijo.
El desierto los envolvió mientras cabalgaban hacia el horizonte, dos figuras unidas por el deber, la magia y el anhelo de redención. El viento soplaba suave, como si la misma tierra reconociera el sacrificio del hechicero que la había protegido una vez más.
Por Francisco Araya Pizarro
(Santiago de Chile, 1977)
Artista Digital, Diseñador Gráfico Web, Asesor en Marketing Digital y Community Manager para empresas privadas y ONGs asesoras de las Naciones Unidas, Crítico de Arte, Cine, Literatura, además de Investigador. Y Escritor de Ciencia Ficción, donde en su blog comparte sus relatos cortos.
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