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Emerge la selva

I

 

Ritmos antiguos se levantan:

en la selva el río es continente.

 

La voluntad del agua

es la vida luego de la muerte.

 

Perdido en lo vegetal

las manos pronuncian una verdad.

 

 

II

 

En Ibasiriri

el mundo comienza.

 

El susurro de los Taquiraris

me envuelve.

 

Me convocan a la fiesta

y recuerdo a mi padre.

 

 

 

III

 

A la orilla del río, amor:

observo tu espalda.

 

En instantes repetidos

reflejado fluye el sol

y cuidas tu embarazo.

 

Lejos quedan nuestras ciudades

con todas sus cicatrices.

 

IV

 

La serenidad del hogar

queda en el país de la memoria

mientras la bruma

camina junto al caudal.

 

Todas las flores están muertas:

es lo que queda

tras el arribo del violento amanecer.

 

Aquí en el carretón

los bueyes miran.

Los loros conversan bajo la lluvia

y en los rugosos árboles

la corteza cruje junto al fuego.

V

 

La mujer que amaré,

emergerá del río

portará entre sus cabellos,

racimos de estrellas.

 

En el cielo

una luna roja

auspiciará el dolor.

 

VI

 

La selva crece

con el mar a lo lejos.

 

El amazonas respira

y en su recuerdo,

la luna olvida la locura.

 

VII

 

Soy un hombre que atraviesa la luz.

Reconozco las canciones y los camiones.

 

En el lodazal anidan los viejos animales,

luciérnagas iluminan nuestros rostros

y por otra noche más, hundo mis manos en viejos vocablos.

Pienso y te nombro

país de tierra,

con cuerpo vegetal.

 

Mito y origen

soledad y libertad.

 

El agua no es más un límite.

En el cielo nacen constelaciones:

tus caderas hablan de nuestros nombres en el fuego.

 

Y la noche eterna se cierra por siempre

con golpes de tambor

y gritos de ternura.

 

La mujer se hace madre

y del hombre nace un padre.

 

Todo en la tierra

es fértil

cuando del sol

se provoca la lluvia.

 

Y de entre rocas y tierra

emergen todos los colores

todos los sabores.

Cada una de las texturas

que hoy por fin, nos envuelven en eterna primavera.

 

Por Christian J. Kanahuaty

(Cochabamba, Bolivia, 1982)

Es autor de siete novelas.

Invierno (2010), Te odio (2011), Familiar (2019), Paisaje (2020), Los libros de nuestros padres (2023), Calor cercano (2023) y Cuidar del fuego (2023). Cuatro libros de cuentos: Cortas detonaciones (2008), El mareo (2008), Museo (2010) y No quedan días de verano (2015). Junto a la producción de ficción están los libros de ensayos, Ensayos de memoria (2014), Bolivia. El campo académico, cultural y estético (2016), Distorsiones del colonialismo (2018), Movimientos sociales (2020) y Roberto Bolaño. Una apropiación (2020). Y las investigaciones, La maquinaria andante. Historia, poder y movilizaciones sociales en la ciudad de El Alto (2013), Para leer el desarrollo desde Bolivia (2015). Ganador del concurso de novela latinoamericana convocado por la editorial E1 de Guanajuato, México, con la novela Paisaje y del concurso Ideas creativas. La pandemia y la experiencia de la cuarentena, convocado por la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia. Finalista con el cuento Navidad del Concurso Nacional de cuento Adela Zamudio. Cochabamba, 2015. Es también el antologador y prologuista del libro Bajo la soledad del neón. Antología de cuento contemporáneo de América latina. Que tiene dos ediciones, una en Bolivia (2020) y otra en Ecuador de 2021. En poesía es parte de Cambio climático. Antología de la joven poesía boliviana, (2011), Tea party I (2012), Traductores del silencio (2012) y autor de los libros de poesía Bodas elementales (2021) y Moxos (2023).

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