En esa noche truculenta, la incertidumbre se colaba entre las hendijas de su pensamiento.
Un temblor le circulaba por todo el cuerpo. Necesitaba pensar. ¿Duro cuanto? Aspiró profundamente el cigarrillo que con trabajo prendió.
Cerró los ojos. El tiempo le vacilaba. Le zumbaba la cabeza. Se sentÃa arriba de una plataforma a punto de saltar al vacÃo. Su propia voz le rumiaba en el oÃdo. El torso frÃo como escarcha.
Ahà estaba Leo desnudo, pero no dormÃa. Con un color espantoso. En el cuello un cordón de zapatos.
Una cruenta suposición le nublo la vista. Leo inerte. Sus propios alaridos la desconcertaron.
Un mareo la hizo sentar de golpe en el suelo. Apoyó la espalda contra la cama.
Un ligero portazo la sobresaltó. Ella no consiguió contener el vómito.
Se le derretÃa el cerebro. Tendió su mano desesperada como en un naufragio.
Sembrada de dudas. A toda velocidad ella volvió a ver el final de esa pelÃcula.
Le acarició el pelo con gesto mecánico. Le miro los ojos fijos como luces negras abiertos a la oquedad.
Ya pasó, peque, ya pasó. Lo siento…
Por Maria Susana Lopez
Nacida en Quilmes, Profesora de Ciencias Naturales y Enseñanza Primaria, artista plástica, ceramista, escritora amateur. Participó en varias muestras, exposiciones, concursos literarios y formó parte de varias AntologÃas y colaboración de revistas nacionales e internacionales, tanto en escritura como en gráfica. Actualmente, continúa con la Enseñanza y la expresión artÃstica.