Todo está listo para iremos a las seis de la tarde la última hora de la luz del sol, con mis amigos iré a la famosa casa abandonada de la ciudad “La casa roja”, el lugar maldito de cada ciudad vieja como esta, junto con mis amigos Martin, Iván, Leo, Daniel, Antonio y su hermano Hugo y su novia Sofía.
Todos somos buenos amigos desde la secundaria en una de nuestras reuniones típicas de amigos, nuestro amigo Antonio nos sugirió ir a la cosa roja, Daniel y yo teníamos nuestras dudas, pero Iván nos convenció de ir esta tarde y Leo nos dijo que nos llevaría en su auto.
Después de 15 minutos de camino llegamos el primero en bajar es Antonio se veía el más animado de todos y Daniel era es el más temeroso de nosotros, puedo ver como sus piernas temblaban del miedo al entrar a la casa, vemos todo desordenado, lleno de basura y grafitis en las paredes, algo que me esperaba y también algo que me esperaba era que las paredes estaban pintados de rojos, rápidamente el ambiente se pone algo pesado y un mal olor que venía de una habitación casi vomitamos, solo Antonio es el único que no tenía ganas de vomitar y nos dijo que continuamos explorando la casa, Sofía dice que no puede seguir y su novio Hugo la intenta llevarla afuera nos regresamos a la puerta, pero al intentar abrirla no se abre esto asusta un poco a Hugo, Iván a ayudarlo, pero tampoco puede abrirlo, Daniel pregunta —¿Cuándo entremos había una puerta? —. Todos nos quedamos helados.
Después Martin se acerca a la puerta y junto con Hugo e Iván patean la puerta, pero aun así no pueden abrirla, Leo propone entra más al fondo de la casa en búsqueda de una salida en la parte trasera, Antonio dice que es como en las películas de terror, este comentario molesta a Daniel, los dos comienzan discutir hasta que Iván y yo los separamos luego los calmamos, decidimos separarnos, un grupo se quedará aquí para intentar abrir la puerta y el grupo otro intentar salir por detrás y abrir la puerta desde afuera, Antonio, Martin y yo iremos a explorar y Leo, Daniel, Hugo y Sofía se quedaran.
Caminamos por el pasillo oscuro, pero visible para caminar, maloliente que nos abruma y nos marea que casi nos hace vomitar, pero a Antonio no sufre ningún mareo, cada vez que caminamos notamos que la suciedad desaparece, Antonio se separe del grupo y entra una habitación , Martin y yo le gritamos por su descuido, luego los seguimos, junto con el entramos a la habitación, vemos a un hombre con ropa suciedad y rasgada sentado en medio de la habitación rodeado por páginas escritas por tinta roja velas encendidas con fuego verde oscuro. — ¡Sal de mi mente o nos mataremos! —. Grito aquel hombre, se da cuenta de nuestra presencia y se levanta del suelo e intenta perseguirnos, Antonio rápidamente cierra la puerta de la habitación dándonos tiempo para correr por los pasillos, Antonio cae al suelo y yo voy a su ayuda, los dos vemos que la puerta se abre y no se encuentra aquel hombre solo basura, Antonio y yo nos quedamos atónitos y confundido de qué es lo que realmente vimos. — ¡¿Dónde está Martin?! —. Pregunta Antonio preocupado y asustado, escuchamos un grito desgarrador, a gran velocidad nos movimos por los pasillos hacia donde se escuchó ese grito, en el pasillo observamos con horror al ver a Sofía llorando cubierta de sangre se acerca a nosotros caminando lentamente. — ¡¿Qué fue lo que pasó?! —. Le gritó con una combinación de ira, miedo y confusión de lo que está pasando.
— ¡Mons… truo! —. Grita Sofía aterrada, corre por los pasillos alejándose de nosotros, la seguimos, pero tropiezo y hago caer a Antonio, en el suelo vemos como Sofía desaparece de nuestra vista, dirijo mi mirada al suelo sin poder creerlo y el horror apoderándose de mi cuerpo Antonio y yo observamos el cuerpo mutilado de Hugo, su rostro muerto muestra una expresión de horror momentos antes de morir, Antonio al verlo empieza a vomitar y casi al borde del llanto me acerco y le doy una cachetada para que se concentre de salir de aquí así nuevamente corremos por el pasillo encontrando charcos de sangre y lo que parece pieles de animales en el suelo, dándonos cuenta que se oscurece cada vez más por cada paso que realizamos hasta que no podamos ver nada.
— ¡¿Puedes ver algo?! ¡No veo ni madres! —. Me pregunto Antonio con mucho temor, me tomó de la mano con mucha fuerza.
— ¡No puedo ver nada, hay que caminar con cuidado para no caernos! —. Contesto intentando controlar el miedo que está consumiendo mi cuerpo, luego siento que Antonio me toca mi otra mano, pero noto que es más pequeña. —Antonio, tu mano es muy pequeña, ¿encogió? —. Pregunto para aliviar la tensión.
Caminamos hasta lograr visualizar una pequeña luz, corremos con todas nuestras fuerza, pero veo a Antonio a mi lado, entonces que es lo que estoy sosteniendo, miro a lado a una niña de piel pálida y venas azules, boca negra y sin ojos, solamente cuencas vacías, la suelto asustado y corro junto con Antonio nuevamente por los pasillos, hasta entrar a otra habitación maloliente, descansamos un poco y pensamos de lo que está pasando aquí, Antonio observa por la ventana su rostro nuevamente expresa el terror que siente rápidamente me acerco para averiguar qué es lo que está mirando, observamos a un hombre con la cabeza de una cabra, ojos negros al igual de pelaje y a su lado Sofía y Martin arrodillados desnudos con marcas de símbolos que cubren sus cuerpos, al hombre de la cabeza de cabra se acerca a Martin y lo comienza a lamber el rostro y sangre, Antonio intenta romper el vidrio de la ventana, luego escucho pasos detrás de nosotros, volteamos, pero no vemos nada regresamos a mirar por la ventana, miramos al hombre de cabeza de cabra sosteniendo la cabeza cortada de Martin y Sofía tomado la sangre que caía al suelo como un animal en cuatro patas, asqueados apartamos la mirada y salimos de la habitación con una vela para iluminar el camino del pasillo, escuchamos nuevamente un ruido que parecía un gruñido a los lejos vemos a Iván en un estado salvaje, su ropa esta rasgada con las largas y su cabello largo, si no lo conociera diría que es otra persona.
— ¡¿Qué es lo que te pasó, Iván?! —. Grito aterrado y confundido. Iván se acerca a nosotros lentamente y jadeando, veo que de su boca sale sangre, luego se lanza contra Antonio intentando morderlo, pero yo tomo a Iván por detrás. — ¡¿Qué pasó?! ¡¿Quién te hizo esto?! ¡Contesta! —. Grité con desesperación y horror por ver a mi amigo en este estado, veo que se detiene y mira al suelo, de repente con sus manos Iván se arranca su piel, su sangre cubre a Antonio y a mí.
— ¡Perdón! ¡Perdón! ¡Por traerlos aquí! ¡Es mi culpa! ¡Yo solo quería hacer una exploración como en YouTube no esto! —. Grita Antonio desesperado y con dolor que demuestra con solo su mirada. Escuchamos que alguien nos está llamando, pasamos por el cuerpo de Iván, corremos saliendo de la habitación, en el pasillo vemos a Leo; su ropa estaba cubierta de sangre y sostenía en su mano un machete. Nos cuenta que cuando nos separamos alguien con una máscara blanca y machete los persiguió, el lucho contra él y logro matarlo, pero se dio cuenta que estaba solo se puso a buscarlos, escucho los gritos de Sofía, luego por los pasillos la encontró cubierta de sangre y su lado un hombre con la cabeza de cabra intento salvarla, pero no podía tocarlo era como su fuese aire, después de que ellos se fueran a una habitación intento seguirlos, de repente aparecieron manos negras del suelo que tomaban sus pies impidiendo seguir a Sofía y al hombre cabeza de cabra, con el machete corta los dedos de los manos negras, corrió por los pasillos y se encontró algo parecido a una persona, pero este tenía los brazos y piernas alargadas estaba en cuatro patas como un animal salvaje se abalanzo contra él, pero con el machete logra matarlo, luego de camino por el pasillo hasta encontrarnos, después le cuanto los que nos pasó, el hombre escribiendo, a Sofía llorando, la desaparición y muerte de Martin y Hugo, el encuentro de la niña, junto con Antonio y Leo discutimos como salir e intentar a salvar a Sofía y Daniel, decidimos que la mejor opción es salir de este maldita casa y contactar con la policía.
Escuchamos pasos acercándose, Leo levanta su machete y se pone enfrente de nosotros, nuevamente temblamos del horror que sentimos, vemos como algo parecido a una persona, pero con solo entrar en su presencia sabes que no es una persona, levanta su mano con la intención de atacarnos, pero rápidamente Leo lo corta en pedazos con el machete se detiene y se queda mirando el cadáver de esa cosa, de repente escuchamos susurros de una mujer. — ¡Mátalos mi niño! ¡Hazlo por mamá! —. Dicen aquellos susurros.
Los ojos marrones de Leo cambian a solo una pupila roja y de ellos comienza a sangrar, en un momento a otro en sus manos aparecen una máscara blanca y se la pone en su rostro, intenta atacarnos con su machete, pero Antonio me empujo y recibe el ataque de Leo, le corta con una fuerza sobre humana cortándole el brazo y la cabeza, del shock no puedo moverme, pero un impulso hace que reaccione y empiece a correr por los pasillos de la casa, veo nuevamente a la niña de pie, veo el cuerpo de Hugo y escucho los lamentos de Sofía y paso al lado de la primera habitación que entre, ese hombre estaba cortándose el cuello con un pequeño cuchillo, continuo corriendo el corazón se me acelera, la suciedad y el sudor de mi cuerpo me abruma al igual que el cansancio de mi cuerpo y mente, mis amigos están muertos y dos fueron poseídos por esta casa maldita, el sentimiento de arrepentimiento se apodera de mí, ojala nunca hubiera venido a este maldito lugar, por el agotamiento caigo al suelo y en el techo logra ver ojos rojos brillantes que me observaban, esta maldita situación la locura se apodera de mi mente y cuerpo, comienzo a reír tratando de escapar de mi realidad, una sombra se pone en mi lado escucho su risa burlona, juntos comenzamos una risa malévola y una danza diabólica.
Por Fercho T. Moreno
(Gómez Palacio, Durango, México, 2003)
Joven escritor de nacionalidad mexicana del estado de Durango, conocido por sus pequeños relatos, “La tentadora voz en la oscuridad” “El placentero dolor” que fueron publicados en la revista escolar Plantel Conalep Centro Mexicano-Francés y “Hades”; en la cual participó en el concurso “Jóvenes escritores” del año 2020, pero solo recibió una mención honorífica, en los siguientes años fue participe en un grupo de escritores que buscaba en ayudar a motivar en continuar escribiendo en manuscritos abandonados, también en el pequeño evento por el día del libro en el año 2023 la Universidad Autónoma de Durango en el pequeño relato “Vela negra”; en el cual nuevamente solo quedó en una mención honorífica.
Sus relatos siempre llevan con un toque oscuridad y desesperanzador en el aspecto en el ambiente que los personajes tienen que desenvolverse y como intentan sobrepasar la situación, pero casi siempre termina en la tragedia, algo contradictorio del autor que siempre tiene la creencia sin importar la situación uno podrá sobrepasarse al final.
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