Para Alfredo H.
los capÃtulos no imaginados
Ocultos entre los espacios, venÃa inscrita la intención de tu llegada. Las tempestades matutinas de la periferia, impidieron tu arribo poco después del mediodÃa. Te imagino corriendo una vez que abandonaste el metro. Tu pants gris, la blancura de tu playera y el cubrebocas robaban tu aliento. El calor lo habÃa bautizado todo. Sin saber de tus intenciones, respondÃa tus mensajes cada que desocupaba mi boca, mis manos o ambos. R caminaba por su propio sitio, buscando en el cuerpo ajeno, el placer que pudiera entrar por cualquiera de los orificios que el pecado pudiera penetrar. Yo me dedicaba a ponerme de rodillas. Ensalivaba gustoso, liberaba gemidos a través de otras bocas. Manos aprisionando mi cabeza, rogando que no detuviera el ritmo de mi lengua y mi garganta. De pronto, un orgasmo sabor a tu nombre, tu rostro en mi mente y un cuerpo anónimo que te suplÃa durante esos instantes. ¿Cuántos hombres dejaron sobre mis papilas y mi rostro la fluidez blanca y espesa de su placer?, sólo tú y mi grabadora de sonidos lo saben. TenÃa el encargo de registrar los respiros agitados y los gritos animales de los lugares de encuentro que tanto he visitado. SeguÃas apurado, pensando si esa tarde por fin nos encontrarÃamos como tantas veces lo habÃamos deseado. Me llegó otro mensaje tuyo. Te respondà que sÃ, que aún probado todo lo que la lujuria me habÃa permitido esas horas, tenÃa hambre de ti. Te excitaba saber que otros cuerpos me invadÃan. SeguÃas corriendo. Me perdà entre otras piernas. Sucumbà ante todas las manos que pude. Me dejé acariciar por todos los dedos que quisieron hacerlo, mientras, seguÃas corriendo por llegar a donde todas esas pieles se frotaban con la mÃa. R regresó de su paseo orgiástico. Su cabello y su rostro de satisfacción lo delataban. Estuve como con 7 ¿y tú? ¡también! ¿contaste los glory hole?¿con este solo me fajé?¿creo que probamos a los mismos? Te vi pegado como becerro con el que no me tocó. Descansamos en el cuarto oscuro. Miramos a una pareja lamerse hasta el último rincón que dios bautizo como fuente de placer. Algunos se besaban, otros se miraban, otros se tocaban, otros acariciaban sus miembros intentando mirar la luz dentro de la negrura que nos cobijaba. Miramos el reloj, era hora de irnos. Mientras, tú llegabas apresurado, casi sin aliento. Pagaste los $80 de acceso. Caminaste por los pasillos bordeados de puertas numeradas. R se habÃa levantado. Caminé tras él. Me viste a lo lejos, me reconociste por la peculiaridad de mis camisas y el corte de pelo que me deja siempre sin cabello. Caminaste hacÃa mÃ, lo habÃas logrado, estábamos de frente, listos para vernos por primera vez y desatar los demonios que nos invadÃan. La vida tenÃa planeada otras cosas, le gusta divertirse, soltó en ese momento, una bandada de hombres inyectados en calentura buscando saciarla, las puertas numeradas de los pasillos se abrieron. Aún podÃas verme, aún me distinguÃas. Te paraste frente a mÃ, impediste que continuara mi paso. No sabÃa que eras tú y te esquivé, imaginé que eras uno más de todos los que estaban ahÃ. Lo intentaste de nuevo y una mano te quitó de mi camino. Te metió en una de los nichos de porno y madera que construyen el sitio, querÃa besarte y acariciarte. Te liberaste para ir a mi encuentro. No nos hallamos. Nos quedamos sin primer beso, sin el semen que corrÃa por nosotros urgido de invadir tus entrañas y las mÃas. No nos deshicimos en caricias y saliva como tantas veces lo decretamos. No probé tus pies, ni tus muslos, ni el sabor salado de tus axilas. No fuimos. Salà con R mientras me buscabas desesperado por los pasillos ennegrecidos de orgasmo y deseo. Descendà con R las escaleras que nos escupirÃan a la ciudad. Cada instante más lejos de tu voz y tu excitación por tenerme. Me fui, mientras te perdÃas en la orgÃa de la que ahora eras parte. Me fui sin saberte reconocido. Nos fuimos, yo pensando si alguna vez podrÃa encontrarte y tú entregando tus embestidas imaginando mi nombre en las letras de otros se entregaban a tus placeres.
Por Leodan Morales
Experimentador de palabras