Gato azul
- cosmicafanzine
- 9 jul 2021
- 1 Min. de lectura
Totó se dio vuelta para echarle un vistazo al gato azul enrollado en un ángulo de la acera. Podía estar en una de las tantas horas en que los felinos se entregan a Morfeo, o podía ser un cadáver. Se alegró al descubrir que era un animal de juguete, casi robótico, comprimido contra la puerta y el escalón marmoleado de un zaguán; peludo y tibio, igual que un gato común y viviente.
Al rato lo miró con algo de bronca porque tenía ganas de que hubiera sido un gato real. Lo imaginó caminando por algún pretil de los tantos que tenían sus recuerdos. Si hubiera sido un gato, habría usado su buzo para abrigarlo.
Tantos años, tantos sueños vacíos… Tantos animales tirados en la calle como si fueran basura con patas.
Se acercó, se sentó a su lado y lo acarició. Se puso a cantar una canción de cuna, de aquellas que le cantaba su madre; luego siguió cantándole canciones de la adolescencia, cuando llevaba soles en la cabeza.
Poco antes de irse, sacó de su bolsillo un libro y comenzó a leerle. La gente pasaba, pero, como siempre, nadie se daba cuenta de nada.
En un momento el gato cobró vida y salió de ahí, ronroneando, no sin antes acariciar con su cuerpo a aquel hombre azul, que parecía real, pero era un juguete casi robótico, comprimido contra la puerta y el escalón marmoleado de un zaguán cualquiera.

Por José Luis Machado
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