Hoy amaneció
M
u
e
r
t
o
como si todo se lo tragasen algunos ángeles ebrios
el olor pestilente/penetrante/ de la sol-edad
es absorbido
por esos entes quiméricos de vestimentas inauditas
y de modales afeminados
que en estados de fabulosas conveniencias etílicas
le dan miles de vueltas/con sus alas de pajarracos de-mentes
a la tierra macilenta/enferma de senectud cósmica
Tristeza /llenas de gusanos azabaches la noche
Allá
a
b
a
j
o
los humanos se carcajean/falos sonrientes
mientras miran volar un cortejo de hermosas mujeres
que hacen piruetas sobre la neblina gélida/oscura/bruna
mostrando desenfadas las curvas de sus encendidos cuerpos
que en semejante travesía arrojan infantes llorones/fetos garzos
es apocalipsis venenoso/pues… llueven orgasmos enloquecidos
sobre la tierra embravecida
para fecundarla de pura sexualidad/de gemidos eternos
y hasta de frenéticos suspiros/delirantes/ ¡extravío puro!
Tristeza/llenas de mariposas negras las almas
Ni siquiera los relámpagos furiosos/ que salen de la boca universal
con sus flechas flamígeras/llenas de venenos pavorosos
pueden “apagar” los gemidos perpetuos/del avispero mujeril
que preparan sus aguijones suculentos/para seducir con sus arcos de pechos
/sus lanzas de caderas tersas
y sus sudores pandémicos de lúbricos ardores
que envuelven/cercan/a los hambrientos de libídine
y hasta de amores/de amores…
Tristeza/lloviznas las caras pálidas de las mujeres excitadas
En brama/en celo sempiterno/se desmoronan desde la cúspide erótica
/las diosas desnudas/convertidas en mujeres aladas de orgiásticos cantos
/buscando oídos célibes/mancebos/ para extasiarlos/transportarlos
/Hasta los confines eternos del Cuadrilátero Voluptuoso
Tristeza/perra con dientes de marfil… y ojos de gata
A
Z
U
L
Himeneo malévolo
Ella me dijo en mi oído izquierdo: no
dejes nada (de mí) para mi futuro
marido, termina conmigo, hazme tuya
hasta que me salga el corazón por la
boca, y me desparrame entre tu
cuerpo.
No contesté nada, sólo le levanté el
vestido (inmaculado) de novia, le bajé
las bragas, y la penetré como nunca,
fue algo así como un cabalgata sexual,
donde los gritos, gemidos, susurros,
nos hacían ser más dichosos.
Nuestros cuerpos se atrapaban se
alejaban; sudábamos, respirábamos,
gritábamos, mientras allá afuera,
preparaban todo lo referente para la
ceremonia religiosa.
Todo tu odio descárgalo en mí, en mis
carnes, en mis huecos, me gritaba la
bella mujer, mientras continuábamos
haciendo el amor. Déjame en los puros
huesos, que mi sangre fluya como un
río embravecido, que el placer sexual
me deje iluminada.
Creo que se refería a que el novio era
mi hermano
La chica de Bucéfala
En la ciudad de Bucéfala la conocí,
además de ser cortesana, movía muy
bien las caderas y el vientre. Yo era un
salteador de caminos, que lo único
que tenía para ofrecerle eran monedas
ensangrentadas, pan de centeno, y un
poco de opio.
Me preguntó con voz de luna: ¿De
dónde eres Adrijan?
¡Soy de Bactriana!, contesté.
Ella tenía los pezones erectos y duros,
y de la boca brotaba miel. Yo tenía el
falo encendido y feroz, y mis ojos
brillaban.
Nunca se me ocurrió saber el costo de
sus placeres, mucho menos sus
cualidades para tales menesteres,
pues su don y maestría eran evidentes.
Después de comer y degustar el humo
fresco y alucinante, nos quedamos
viendo como dos contrincantes. Se
subió sobre mí, buscó mi pene,
lo introdujo a su vagina, y juntos
cabalgamos buscando el Olimpo...
Por José Alberto Capaverde "El Seis"
(No es de un país en particular, es un hombre universal. Por el momento se encuentra en los Estados Unidos Mexicanos, como podría estar en España, Argentina, Francia, Alemania) Se ha preparado en grado óptimo en los bares, cantinas, tabernas, panteones, y algunos manicomios. Así mismo ha encontrado una preparación sublime entre las piernas ardientes de las damas desnudas.
Ha estudiado: Filosofía, Jurisprudencia, Letras (en universidades donde estudian los humanos).
Le encanta, le fascina, le gusta, que llueva aguardiente escocés…
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