Ella caminó lenta y tranquilamente hacia la pequeña plaza que se encontraba a 10,2 kilómetros de su apartamento, dejando que el viento soplara contra su cuerpo y jugara con su cabello; con la mente en trance y sin saber qué estaba haciendo, ni como era medianoche, Rose apareció de pie en medio del lugar, frente a la fuente. Para ella no había pasado el tiempo y sin duda alguna no sabía cómo se orquestaron las cosas para que apareciera en ese lugar, tan lejos de la calidez de su hogar.
- ... ¿qué? - se recuperó, apenas adquiriendo conciencia de dónde estaba y que no sabía cómo había llegado allí- pero que... que sucede…
- *wooooosh*- el viento de la nada se volvió muy errático y violento, y parecía que se estaba formando un tornado a su alrededor; el cielo comenzó a ponerse rojo y el suelo se volvió como brasas, volviéndose todo a su alrededor como una versión distorsionada y tétrica de la realidad. De la nada empezaron a surgir del suelo terroríficas formas humanas, que ella nunca había visto antes, la fuente ya no existía y el agujero carbonizado que la sustituía, empezó a romperse y de él, emanó una enorme criatura, parecida a un minotauro, pero con las manos y el cráneo libres de cualquier piel o carne, que desprendía un desagradable olor a azufre y cuyas manos esqueléticas sostenían un hacha ensangrentada, cuyas características ella nunca había visto ni imaginado. Ella, sin percatarse había aparecido en otra dimensión que vulgarmente copiaba a la del planeta tierra, del lugar específico en donde ella vivía. Pero, ¿acaso no era esto una simple pesadilla? Hasta hace poco ella estaba en su departamento, sentada en su cama tomando un té caliente y llamando a una amiga que hace mucho tiempo no contactaba, de ahí… De ahí no recordaba nada más.
- ¿Qué... qué es esto...? - se quedó petrificada, no creía lo que veía y al mismo tiempo temía por su vida -.
- ...- la criatura dio tres pasos, la miró con las cuencas de los ojos vacías y rugió a toda potencia-
- Dios... no... - de repente las criaturas humanoides que en realidad eran demonios de todo tipo y tamaño, comenzaron a rodearla y a arrancarle la ropa - no, ¡basta! ¡BASTA! - trató de librarse de ellos, pero poco pudo hacer cuando la enorme criatura lanzó el hacha contra ella y la arrojó junto a los demonios que la rodeaban a gran distancia.
- *Roooaaar*- inconsciente por el golpe, tirada en el suelo prácticamente desnuda y con los interiores de los demonios sobre su cuerpo, los pequeños y hambrientos demonios comenzaron a rodearla y a picarla, temiendo que se moviera, mientras la bestia caminaba lentamente hacia ella; como había demonios entre el hacha y Rose, la herida que recibió en el torso no la cortó por la mitad, pero sí le dejó una herida lo suficientemente grande como para sufrir una hemorragia de considerable riesgo-.
- ...- el demonio, con aire victorioso se propuso matarla con un último golpe, pero de repente... cayó al suelo partido por la mitad -
- ¡¡¡eek, eek!!!*- los mini demonios huyeron despavoridos de la presencia que mató al demonio sin ninguna dificultad, dejando a Rose tirada en el suelo, sola. Se quitó su larga túnica y cubrió su cuerpo con ella, cargando a la mujer en sus brazos, llevándola a sus dominios.
Ella abrió los ojos lentamente, sintiendo los rayos del sol sobre su piel y el calor que emitían, y si su entorno no le fuera completamente desconocido, no se habría despertado bruscamente. Acababa de sentarse y se dio cuenta de algo más: estaba en una enorme cama de color rojo vino, con sábanas de raso del mismo color, desnuda. Impactada por los hechos, se cubrió rápidamente con las sábanas y trató de entender qué había pasado, dónde estaba, por qué había llegado allí, si estaba con alguien...
Sus pensamientos la sacaron del trance en el momento en que, desde una de las puertas de cristal de la enorme sala, una silueta masculina, desconocida para ella, entró en la habitación y fijó sus ojos directamente en los de ella. Ojos de ámbar, cabello largo y negro hasta la cintura, labios finos pero sensuales, una nariz andrógina y un torso trabajado, de piel clara y aterciopelada, apenas cubierto por una camisa marrón y unos pantalones negros, con los pies descalzos.
El viento se llevaba las palabras de ambos y sólo sus ojos se comunicaban entre sí.
- ...
- Hola Rose
Por Emilia Caballero
Patricia Emilia Caballero Barrientos, de nacionalidad boliviana, nacida en la Ciudad de La Paz, Provincia Murillo, actualmente ejerce como abogada junior, es bailarina de ballet clásico desde los 6 años (amateur) y cuenta entre sus pasatiempos la lectura, la escritura, la música y el dibujo; ganó un concurso de ensayos en 2014 organizado por el Banco Central de Bolivia y realizo su primera publicación en la revista Juridica, Sed Lex en el año 2018.
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