Puedo estar en paz conmigo misma. Actúe a tiempo y salvé a mi hija de cometer un error serio. Como siempre hice.
Nunca voy a olvidar la sorpresa que me llevé esa noche en la que estaba yo de visita. No tenía idea de que mi yerno le tenía prohibido a mí nietita (de, en ese entonces, 4 años) mirar sus caricaturas favoritas hasta que entró abruptamente en la casa.
Enojado al contemplar esa escena, ignoró como la nena apagaba asustada el televisor, con tal de complacerlo, y se dirigió sin demora hacia la cocina, profiriendo toda clase de insultos a mí hija. La pequeña, sin dejar de llorar un segundo, escuchó todo, incluso los fuertes golpes y los inútiles pedidos de auxilio de su madre. Sé muy bien que podría haberla llevado a su habitación, pero consideré importante que la pobrecita no se perdiera un solo instante de aquel justo castigo.
Fue al día siguiente cuando mi hija me confió lo común que eran ese tipo de escenas y su intención de dejarlo, cosa que le prohibí rotundamente. Igual que 4 años atrás le dije que no permitiría que mi nieta anduviera sin padre.
Me enorgullece decir que, simplemente con eso, la salvé. Como lo hice al prohibirle interrumpir su embarazo (provocado por una violación incitada por ella), y al ordenarle casarse con aquel hombre que, en ese momento, pretendía abandonar.
Afortunadamente siempre escuchó y obedeció mí experimentada voz.
Yo también cometí errores como esos pero, gracias al apoyo de mi mamá, aprendí de ellos, y todo marchó bien.
Sé que sigue equivocándose, porque la veo con un ojo morado de vez en cuando, pero también sé que está aprendiendo, confío en ella. Igual que confío en el futuro de mi nieta. Es por el bien de ambas.
Por Eduardo Barragán Ardissino
(1988)
Crecí en la ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires (Argentina); lugar donde aún sigo viviendo.
Desde muy chico he sentido fascinación por la literatura (leer y escribir), razón principal por la que me encuentro estudiando la carrera para ser docente de educación secundaria en esta materia.
Entre los muchos libros digitales disponibles para descargar en la app Pathbooks, hay cuatro escritos por mí: "Una detective desconocida", "La puerta", "El juego del puente" y "Los cíclopes araña invasores".
También he escrito algunos cuentos que han sido seleccionados en distintas convocatorias, por lo que se encuentran disponibles en diferentes páginas de internet, incluyendo YouTube (como audiocuentos).
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