Desperté abrumada
y con la intriga
de un poema que perdí.
Lo busqué para seguir las instrucciones
entre tus reclamos
que se volvieron sueños absurdos
e incitaron a la confusión de querernos
y después me di por vencida.
El poema era sencillo,
eran si mucho cuatro estrofas,
pero tenían veinte significados.
El principal,
un amor insoportable.
Hablaba de indiferencia
y dolores que se acentúan en el bus.
Como referencia se deposita
en canciones de heavy metal,
pero los oyentes
no podían prestar atención
porque el ambiente del poema
se centra en el desgano,
el egoísmo de enfocarse,
en todo ese tumulto pasajero.
Después las lágrimas que ocasiona esa lastima
del rompimiento,
en la decepción que dejan los amores inconclusos
pero con en esa reivindicación
de volver algún día
para echar en cara todo el resentimiento
y abrazarse en el sosiego de algún auto.
Cuando lo leía
no podía dejar de pensar
en lo monótono
que éramos nosotros
sin gracia,
y que nos faltarían los últimos versos
que ahora recuerdo
para que todo concluyera
y así sobrevivir.
Por Ivonne Aguilera
Ivonne Aguilera Mendoza (Chihuahua, Chih, 12 de mayo de 1993). Egresada de la Licenciatura en Letras Españolas en la Universidad Autónoma de Chihuahua. Ha publicado su obra gráfica y literaria en revistas como Metamorfosis, Materia Escrita, el Heraldo de Chihuahua, Trepanación, Revista Alcantarilla, Granuja revista y Fósforo: Literatura en Breve.
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