En la penumbra de la oscura noche,
en una calle desierta y oscura,
se encontraron dos amantes
para desfogar su lujuria.
Ella viste un traje negro
de encaje con terciopelo,
para impresionar a su amado
que acude a la cita con anhelo.
Solo les hacen compañía,
un par de inquietos gatos negros,
que los tejados arañan a porfía,
porque parecen estar en celo.
Él quita el negro velo
que cubre su oculta piel,
para acariciar su pelo
y besar su boca de hiel.
Ella se adhiere a su torso
cual mágica enredadera,
para que su misterioso adonis,
la posea la noche entera.
Su pasión es interrumpida
por el ulular de un búho,
que bate sus alas con rapidez,
buscando un lugar seguro.
Después de hacer el amor,
ella cubre con su misterioso mantillo,
su demacrado rostro,
cansado, cadavérico y amarillo.
Caminan por rumbos diferentes,
con pasos lentos y en silencio,
perdiéndose en la oscuridad,
testigo de su fantasmal encuentro.
Por Elizabeth David Puerta
(Colombia)
Docente, Poeta, escritora, dramaturga, embajadora cultural, promotora de lectura, investigadora de lectoescritura. Embajadora de paz.
Participa en varios grupos literarios a nivel internacional, de los cuales ha recibido múltiples reconocimientos y distinciones.
Líder, entrevistadora, moderadora y ponente, en ferias virtuales del libro a nivel internacional. Embajadora internacional del grupo La Gaonesa, jurado internacional de eventos Poetas Intergalácticos, cónsul mundial Academia de Literatura Moderna costarricense, administradora Federación cultural literaria venezolana,
Sus libros: Vivencias, Remembranzas de mi Pueblo, Versos que germinan y ¿Qué transmite mi poesía? Y más de sesenta antologías.
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