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Foto del escritorcosmicafanzine

La otra casa

Cuando compré la casa no me pareció tan especial. Siempre fue mi sueño tener mi propia vivienda. No me percaté de sus maravillas hasta que adapté una de las habitaciones para que se convirtiese en mi estudio. 

Cogí un taladro e hice un hoyo en la pared para colocar un cuadro pesado. El muro se abrió de modo sobrenatural, se formó un agujero del tamaño de mi puño. No me preocupé, el hueco daba a la cocina. Sin embargo, al mirar por éste, no pude contemplar ni refrigerador, ni ollas, ni lavadero, ni platos. Lo que vi era un cuarto igual a donde me hallaba. Las mismas paredes naranja, la misma mesa de trabajo, la misma ventana por la que entraban los rayos del sol. Era fabuloso. Decidí no contárselo a nadie. 

Yo mismo resolví el asunto al día siguiente. 

Tras la pared de mi estudio existía un mundo paralelo. Una entrada que separaba dos universos. El otro espacio es similar al mío. Hay otra casa ahí, igual a la que habito. Hay otro ser idéntico a mí que vive en ella. 

Un mundo por descubrir. 

Me pregunto cuántos portales como este habrá. Tal vez sea el único del planeta, esto hace que me sienta afortunado. 

A los tres días, trazo un plan. He de tumbar la pared para entrar allí. Sé que ya no dispongo de mucho tiempo. Ayer, el que vive del otro lado me ha visto. Miré por el agujero y había un ojo atisbándome con curiosidad. El miedo me hizo caer hacia atrás. 

Me siento muy nervioso, todo se resolverá hoy. He conseguido un revólver y cuatro taladros muy potentes, destruiré el muro, penetraré en la otra casa. Mi gemelo intentará evitarlo (yo lo haría), por ello le meteré un balazo en la cabeza. Es la única forma de disfrutar de ese otro lugar a plenitud. Me haré pasar por mi sosias, y viviré su vida, por aventura, por diversión. 

He cogido el taladro más grande y he comenzado a agrandar el hueco; estoy desesperado por ingresar en el cuarto, en el mundo alterno. Me siento contento, dispuesto a entregarme a ese incógnito viaje. De repente, surge un fierro enorme frente a mi rostro, y un fuego cegador. El cañón de un fusil. Me ha volado parte del cráneo. Caigo, moribundo. Lo último que escucho son los nefastos ruidos de una taladradora de mano. Es el otro igual a mí, ha tenido la misma idea que yo. Por desgracia, ha sido más hábil…

 

Por Carlos Enrique Saldívar

(Lima, Perú, 1982)

Es codirector de la revista El Muqui. Es administrador de la revista Babelicus. Publicó el relato El otro engendro (2012). Publicó los libros de cuentos Historias de ciencia ficción (2008, 2018), Horizontes de fantasía (2010), El otro engendro y algunos cuentos oscuros (2019), El viaje positrónico (en colaboración, 2022). Compiló numerosas muestras literarias, nacionales e internacionales.


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