Llegó el día en el tendría que al fin enfrentar sus miedos. Sin mucho que decir, Brenda llamó a sus padres. Primero llamó a su madre. Tenía la teoría de que le brindara esa tranquilidad de mirar después a su padre, sin ningún inconveniente. Ahí estaba, con las manos temblando, los ojos mirando cada rincón de su casa como si se tratara de una mudanza. "¿Habrá quedado embarazada?" Pensó su mamá. "¿Habrá tronado materias en la preparatoria y el dinero se lo gastó en fiestas?" Pensó su papá. Lo cierto es que Brenda era de las mejores en su clase. Gustaba de las matemáticas y tenía buenos conocimientos en robótica para su corta edad. Habría diseñado una máquina a control remoto que participaría en una competencia donde también irían preparatorias con alumnos de excelentes promedios. Inmediatamente sus padres descartaron esa posibilidad. "Padres, debo agradecer que en todo este tiempo, han hecho bien su trabajo como lo que son para mi. Lo que vengo a decir no es fácil. Pero deben saberlo por que lo merecen". ¿irse de la casa? ¿viajar al otro extremo del mundo? Todos los escenarios, excepto uno. "Hace unos meses terminé con Alexander. De verdad que le aprecié tanto. Sin embargo, quiero decirles que Melissa, ya no es mi amiga. Decidí intentar una relación con ella". La temperatura de ambos padres bajó como si se tratase de una cubeta con agua fría que cayó sobre su cuerpo. Melissa, la chica que tantas veces compartió la mesa por las tardes. La niña buena que jugaba con los perros de la familia y que tantas noches había hecho pijamadas con su hija. El pensamiento de ambos padres, de repente se había hecho una madeja de estambre de esas que dejas en una bolsa y se enreda entre tanto movimiento. "Te entiendo Brenda, sabía que esto pasaría. Pero ahora tienes que cuidarte" y con lágrimas en los ojos, su madre la abrazó. De pronto, un flashback invadió su mente: "¿qué hice para tener una hija que no sabe lo que quiere?" Jamás olvidaría el día que su madre cayó tras un paro cardíaco, luego de haber discutido por su bisexualidad.
Por Lizeth García
Soy escritora de poesía melancólica y mi estilo es infinito, pero en mi obra resalta la naturaleza. Soy estudiante de psicopedagogía en la Universidad Humanista de Hidalgo y laboro en la educación. Tengo un diplomado en literatura y en escritura creativa del Centro cultural de las artes de Hidalgo. Así mismo, he participado en convocatorias como “Día internacional del maíz” “entre voces” “festival de la orquídea” y he colaborado en los “souvenirs del vate” de Theos Spinoza, en la feria internacional del libro INDAI; interpretando un cuento de mi esposo: Ariel Dom Trus, además de encontrar parte de mi poesía en el espacio de “Cósmica fanzine” y en “Café embrujado fest” a cargo de Literatura y café con Radio poesía. Actualmente, tengo un podcast llamado “la orientación bicolor” donde se encontrarán temas relacionados con la bisexualidad y otras orientaciones así como de mi obra, además de “Entre vasos y versos” proyecto literario donde coordinamos mi esposo Ariel Dom Trus, el cual busca fomentar el interés del arte en todas sus presentaciones.
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