La súplica

Cuando mi abuelo ya no tenía fuerza para levantarse, gritaba:

-¡Octavioooooo! – así, alargado.

Y mi papá corría a ver que necesitaba, lo cargaba o lo bañaba, le suministraba su medicamento.

Una tarde me dejaron a su cuidado, fui a su cuarto y le pregunté si me contaba un cuento; me dijo que no se sabía ninguno o no podía recordar uno bueno. Nos quedamos mirando, él en su asiento reclinable café y yo en el piso azul, en silencio.

La mañana que falleció, Gloria (mí mamá) fue a darnos la noticia, yo no comprendía el concepto de “muerte”; recuerdo pensar que en cualquier momento se levantaría.

Cuando mis hermanos trataron de explicarme lo que era la muerte, lloré e hice berrinche durante todo el día diciendo y gritando que nunca quería morirme, lloré hasta quedarme dormido. Al día siguiente, al mirarme en el espejo tenía lágrimas marcadas en el rostro sucio.

El día del entierro no me permitieron pasar a verlo y aún seguía sin comprender del todo lo que estaba pasando, le dije a mi mamá:

- ¿Me puedo llevar una piedra (del cementerio) de recuerdo?

Y ella todavía llorando, sujetando mi mano contestó:

- No, hijo ¿Cómo crees?

Pasaron cinco meses, en el patio jugando con mis primos a cazar pequeños escarabajos negros con espalda carmesí, que rara vez volaban, en época de lluvia abundaban; íbamos de aquí para allá, persiguiendo, brincando y por la tarde cuando el sol se comenzaba a ocultar todos escuchamos el grito alargado desde mi casa:

- ¡Octaviooooooo! – de mi fallecido abuelo.

Nos quedamos quietos y nos miramos confundidos, no sabíamos bien qué hacer. En ese momento mi papá se asomó por la ventana y nos dijo:

- ¿Qué pasó? ¿Qué hacen?

Y yo contesté:

- Mi abuelo gritó ¿No lo escuchaste?...

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Por Octavio Huesca Heredia

Nací en la CDMX el mayo 27 de 1989. Soy licenciado en Economía por el IPN, con afición por la escritura y la lectura. He sido publicado en algunas colaboraciones nacionales e internacionales digitales e impresas como: Crisol Acatlán (UNAM), Huraño (Colima), Revista Falsa (Chile), Revista G_olfa, Revista Molino de Letras (Texcoco), Revista Melancolía Desenchufada (Puebla), Contra Molinos de Viento (Antología Internacional compilada en Argentina) y Teresa Magazine (México). Me gusta compartir lo que pienso y siento.