Te recuerdo caminar en el pasillo un poco despeinada con esas ojeras negras que marcan tu desvelo, acomodas tu cabello con tus dedos cada vez que me ves regalándome una sonrisa de lujuria. Aquí te das cuenta que cada tipo de paciente: el depresivo, el compulsivo, el mudo y lo que nunca falta el que se ríe solo.
Comienzo cada mañana hundido en café para darme energía y correr al trabajo, ese es el único vicio que tengo fuera de allí y me considero sano. En la oficina comienzo a revisar cientos de expedientes, tengo que dejar de escribir ya que escuchó tocar la puerta.
María no tomó asiento, me entregó unas carpetas nuevas para una reubicación de varios pacientes ya que va abrir un nuevo Centro de Atención Especializadas en Trastornos Mentales Tlaquepaque; María no dijo ninguna palabra solo se acercó para apoyar su cabeza en mi pecho pasando conmigo más de media hora en el paraíso.
En el comedor, ese lugar de fingir ser amigos de todos mientras te da una patada el mismo personal y eso que somos los cuerdos, allí suelo escribir como le he hecho hasta ahora en este diario ya que mis mejores ideas salen para convertirse en estrellas doradas; te veo nuevamente despeinada sin rumbo muchas veces creo que es cierto lo que dicen de ti: Fingiste tu locura para escapar aparte de la cárcel, de tu padre alcohólico y abusador matándolo a tus hermanastros dejando las paredes escritas con su sangre, decían que ese fue tu sello del horror.
Me he enterado recientemente de tu nombre: Luna, realmente como tu esplendor al verte caminar me dejas impactado, sé que todos visten de blancos en este lugar, pero tu presencia en realidad brilla por el cambio yo debo llevar esa bata aburrida casi amarilla por el daño del detergente a la tela. Este lugar no es digno de ti, es un centro para variar de color blanco donde suelen resaltar solos los doctores y enfermeras por su diferente ropa, es como una prisión reducida que en lugar de tener barrotes tiene psiquiatras, ventanas que parecen una red de arañas, alguien debería darle color a este lugar.
¡No he tenido la oportunidad de tratarte! ¡Debes estar tan jodida para escapar a un lugar como este! A pesar que estuve con María hace unos momentos me sigues llamando la atención, tu cabello negro con esos grises se me hace demasiado atractivo. Llevamos semanas con esta dinámica de vernos, sonreírnos, coquetear y echar para atrás, en una parte sé que no es sano porque eres un paciente, pero por otra parte no eres mi paciente, quiero besar esas cerezas que tiene por labios, tocar tus melones con mis manos sedientas de poder tu ser, poder salir de este sitio lleno de locos y cuerdos mejor dicho: Enfermos y mentirosos.
Me ha comunicado Isabel, la directora general, una noticia negra me provoca un dolor de estómago y un picor en la cabeza, salgo como un rayo para poder buscarte, pero no estás en tu habitación, ni en el vestíbulo mucho menos en el comedor.
Empiezan los primeros traslados, muchas habitaciones se quedarán desiertas es como si estuviera en una ciudad de muertos pero en el comedor nuevamente hay un caos, descontrol pacientes no querer ser llevados.
Nuevamente me he tomado un tiempo para escribir, me dijeron que te van a transferir o bien ya estás transferida creo que te extrañare.
Yo también te voy a extrañar.
Por Linda Melgar
Lic. en Interpretación, Inter. Taller de Escritura Creativa por parte de la Escuela de Escritores de España. Participación destacada “Primer Nacional Concurso de Cuento con Causa Ángel de Campo”. Cuento seleccionado “Convocatoria Literaria Cuentos de Confinamiento y la Nueva Normalidad - Cuando te vuelva a ver”. Cuento seleccionado “Convocatoria 7 Pecados Capitales” en Cósmica Fanzine. Cuento seleccionado en la Revista Geronte “Convocatoria Tiempos de amar”. Cuento seleccionado “Antología Insomnio-El aleteo de una mariposa” Cuento seleccionado “Convocatoria de Poesía, Relato o Microcuento Bombardeo de Gernika”. Cuentista invitada en Geron-TV. Cuentista invitada al Programa Alas de Mariposa.
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