Cuando empezó a llover, mi abuela dijo que se caería el cielo. Nadie le hizo caso, y al tercer día insistió. Seguimos sin tomarla en serio, pero a la semana ya no nos parecía tan gracioso que no parara de llover. En las noticias era lo único que se veía; la lluvia que no paraba en ningún momento en ninguna parte del mundo. Así seguimos por semanas y por meses —ya ni siquiera sé cuánto tiempo llovió— pero mi abuela tenía razón; el cielo se cayó. No sabemos si es el fin del mundo, pero ahora estamos expuestos ante las miradas de los otros planetas, que nos ven con lástima.
Por Katalina Ramírez Aguilar
(Puebla, Pue. 1990)
Estudió la licenciatura en «Literatura y Filosofía» y un diplomado en «Edición y comercialización de libros» en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Lengua soy (3 norte e Ibero Puebla, 2017), Cartas a Leonora (Eos Villa, 2022), Yo soy el amor (La tinta del silencio y Cariátide, 2022) y Peces en el cielo (La tinta del silencio, 2024) son sus libros de poesía; Música primigenia (BUAP, 2017) y Nueva cartografía (Quarks Ediciones digitales, 2021) de microficción. Forma parte del Colectivo de Minificcionistas Mexicanas. Aparece en treinta antologías de dichos géneros y es una de las ganadoras del Premio de Poesía FENALEM 2023.
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