Las puertas del infierno las he visto, las brasas ardientes las cubren por completo, son terribles, ahí adentro está el hades dantesco y horripilante. Miles han pasado por las puertas para sufrir terribles castigos por sus abominables pecados cometidos. Ahí las flamas infernales laceran a los espíritus débiles, caídos en la desdicha de la concupiscencia. Las puertas están ardiendo siempre, al rojo vivo; hay figuras siniestras talladas en ella, rostros demoníacos, ojos horripilantes incrustados en el hierro maldito, sonrisas maquiavélicas y muecas macabras. Criaturas abominables, como serpientes, arañas, escorpiones, monos y lagartos; adornan el terrible acero que abre el acceso al reino de las tinieblas, donde muere toda esperanza guardada por cualquier espíritu. La cerradura es una boca de dragón, la perilla en forma de cabeza de serpiente, el ofidio abre la boca sacando la bífida lengua, mostrando sus colmillos. Ninguna alma ha salido del reino de fuego, las almas pérfidas se consumen en llamas incandescentes. El centinela o guardián de las puertas del infierno se llama Hebrews, es un cruel cíclope con una hacha flamígera, jamás duerme en su nefasto oficio, siempre vigilando con ese ojo tenebroso que hiela la sangre del más valiente. Ese monstruo espanta al más valiente, tiene orejas puntiagudas, al abrir la boca muestra los dientes afilados y su cuerpo es obeso, una masa grasienta y sebosa. Las puertas del infierno se abrieron una vez, sólo en una ocasión alguien osó abrirlas con su omnipotente poder, descendió de los cielos y con su divinidad inmaculada abrió para sacar al padre de la humanidad, el arcaico Adán, esa persona que logró el acto extraordinario fue el hijo de Dios. Satanás prefiere mantener cerradas siempre las puertas del infierno, la segunda ocasión en abrirse será cuando demonios y diablos hastiados de castigar a los infelices pecadores, abominables sodomitas y blasfemos herejes del Altísimo. Marchen a la batalla infernal contra las jerarquías divinas; así está escrito en las sagradas escrituras bíblicas. Las puertas del infierno son aceitadas con sangre manada de los cuerpos putrefactos que caminan a pasos tortuosos, comidos a mordiscos por dantescas gárgolas, los chorros de sangre purpúrea son recogidos por serviles bufones, que vendieron su alma al diablo a cambio de fortuna y riquezas, el oro los hizo presa de la más terrible codicia. Las sombras pálidas, gimiendo de dolor mirando una esperanza perdida e inalcanzable para siempre. Las puertas del infierno tienen un fulgor que ciega los ojos de los promiscuos perros infieles, aquel que ose siquiera tocarlas se consumirá entre terribles dolores diabólicos que lastimaran cada partícula de su alma condenada para la eternidad. Ahí envían a los ya juzgados por sus terribles acciones cometidas en vida, sacerdotes pederastas que violaban a niños de su feligresía; homosexuales que disfrutaban de la lujuria en su máxima expresión, una relación despreciable y nauseabunda entre dos hombres; usureros y patrones que explotaban la miseria del pueblo matándolos de hambre, robándoles bajo engaños su poco patrimonio; asesinos sedientos de sangre, gozando del sufrimiento de sus víctimas sin sentir el menor remordimiento al torturarlos, dando una lenta agonía y un largo etc. un chirrido se ha escuchado, Hebrews abre de par en par las puertas del infierno, de ellas salen ejércitos demoníacos, diablos belicosos armados con filosas espadas, hachas y lanzas. La tropa infernal sale del hades marchando al combate, los tambores de guerra atormentan, emiten bramidos y berridos, la lucha ha comenzado, las puertas abiertas para dar paso a las huestes diabólicas, por fin ha llegado el día en que se librará la madre de todas las batallas por la supremacía del universo, tratar de arrebatar a Dios el poder y así el ángel caído y desterrado usurpar el trono que no le corresponde. Pero esa es otra crónica maldita que pronto les he de narrar, pero esta narración ha llegado a su fin.
Por Tomás Pacheco Estrada
Soy de Córdoba Veracruz México soy escritor y director de cine, escribo ciencia ficción, terror y fantasía. Participé con el corto Almas Malditas en la convocatoria de la película Anabelle 2 para cortos de terror y con el corto Delirium Tremens para el festival de cine cuarentena con Roger Corman..
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