Me atrapa y aprisiona cada día más o menos a la misma hora de siempre y mi cuerpo como cada noche lo agradece sinceramente. Es algo que necesito profundamente, tanto es así que ni el despertador consigue molestarme cuando toca su maldita música martillando mi cabeza que intento esconder bajo la almohada de plumas.
Todos las mañanas es la misma canción, quiero más mucho más. Quiero quedarme en la cama hasta que no pueda más, hasta que sienta la necesidad de tomar una ducha o de fumarme un cigarrillo con la boquilla dorada, mientras me acurruco como un gato sintiendo el olor de mis sábanas perfumadas que me trasportan a tus recuerdos sabrosos y me proporcionan envidia de la noche pasada, porque ahora el tiempo apremia y tengo que llevar a mi hijo a la escuela, a pesar de que desearía tanto detenerlo contra su voluntad, con aquella ira terrible que solo una madre siente cuando su hijo pequeño tira de las sábanas lleno de sueño con aquella soberbia de quien te muestra que la noche a terminado, el dia a llegado y ya no queda cabida para la pereza en esa cama.
Por Silvia Carús
Nací en Madrid el 27 de diciembre de 1974.
A base de esfuerzo y disciplina, conseguí poner fin a mis estudios.
En Inglaterra conocí a mi marido y obtuve el First Certifícate; por la Universidad de Cambridge.
Actualmente, vivo en Algarve.
Soy auxiliar de salud.
He completado varios talleres literarios.
Ganadora del concurso literario organizado por la revista: Teender Age.
Ganadora del concurso literario de terror del programa Crónicas en Llamas.
Autora de la novela juvenil: CALAMBRES.
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