En el mundo material, surcado y mancillado por un inexplicable, pero poderoso maleficio, incomprendido por la humanidad, incluso para los seres mágicos, la rutilante esperanza de nuestra unión romántica se desvaneció.
Ante la lógica, fue una somera ilusión abatida cuando el último ápice de inmadurez adolescente desapareció para transformarse en amarga madurez, la asesina de los sueños pueriles, que al mismo tiempo son eclipsados por lo cotidiano. En cambio, mi alma conoce la verdad, sabe que ella fue en realidad la culpable, la portadora de la luz negra que te cegó y enajenó desde hace más de una década, ella, quien abrió el portal entre ambos mundos para permitir que los demonios transitarán libremente en el nuestro, para aniquilar tu razón, así como cualquier destello.
No importa cuántas veces la racionalidad intente negarlo, al igual que la sociedad aturdida por una falaz realidad en la que ella coexiste y es a su vez, quien la manipula a su antojo. Yo lo he visto todo en su oscura mirada, lo supe desde el inicio, cuando ella apareció con su cínica sonrisa; sin embargo, fui yo la que tontamente se aferró a cambiar el destino, un designio imborrable que ella misma ya había creado y perpetuado.
Intenté ser una verdadera heroína, lo cierto es que el mundo no funciona así, hoy sé quienes imperan realmente, el plano material no es cuento de hadas, los héroes son derrocados, la hoz oscura los decapita y destruye la espada de la justicia.
“Es imposible”. “Estás loca”, aseveraban todos al responder a aquella inocente niña enamorada por primera vez, hechizada por la indescriptible belleza física de un ser, que en apariencia es humano, más en esencia es sobrenatural, su alma resultó ser aún más idílica que su figura exterior.
Esa niña, pronto transformada en adolescente luchó por tu amor, no importaban las risas que a sus espaldas la perseguían como serpientes al acecho, tampoco los filosos murmullos capaces de herir los tímpanos, el amor ha sido el motor de grandes obras literarias, de heroicas hazañas, de milagros y fatalidades, inferí que lo sensato era aferrarse a la lucha, ser una verdadera guerrera.
En los albores de la juventud sucedió, el primer encuentro, ese que los mortales condenaban como ridículo e imposible, entonces la luz blanca se expandió, dos esencias afines compuestas de los mismos elementos se fusionaron, la paz y el amor cundieron el entorno por unos instantes, tenerte entre mis brazos fue prodigioso, pero la felicidad completa es efímera en este plano, prematuramente fue disipada, más de un año terrenal tuvo que transcurrir para estrecharte nuevamente, conversar y permitir que el resto del mundo dejara de existir, que en ese instante solamente fuéramos tú y yo.
Todavía recuerdo con exactitud tus gestos y palabras, en especial ese acento británico que tanto me fascina, el timbre de tu voz, el encanto de tu profunda mirada, fueron dos días continuos de plenitud absoluta que se rompieron con un “nos vemos pronto”, al pronunciarlo un nudo se formó en mi garganta y silenció mi voz, un susurró desconocido profirió: “es el adiós definitivo”, me negué a creerlo, me horrorice ante la posibilidad. Aquella fría tarde otoñal descendí la escalinata y me alejé lentamente del recinto.
Lo que acaeció después es historia, era verdad, fue el último adiós, después de eso, hubo nada, solo memorias que evocaba en mis más profundas ensoñaciones, mientras durante las madrugadas despertaba anhelando tus abrazos y un beso tuyo en mis labios, un beso que jamás se materializó y siempre ha existido únicamente en mis ilusiones. Al otro día, continuaba con las peligrosas determinaciones, que erróneamente, aunque con fervor, creía que me aproximarían a ti nuevamente.
Hoy ha transcurrido tanto tiempo, demasiados obstáculos y acontecimientos provocados por ella y otros más por la vida misma, hechos que nos han separado cada vez más y más, mientras los años nos dejan atrás.
Ahora sé que tú y yo no nos reconoceríamos el uno al otro, nuestra forma de pensar y hablar ha cambiado monstruosamente, con mucho pavor asevero que no nos entenderíamos y no importa que yo te hable en tu lengua materna, esto es aún más complicado que el lenguaje. Tal vez es cierto, no estamos hechos el uno para el otro, pertenecemos a mundos distintos y ahora que los años cada día hacen más largo el camino y borran la línea de retorno, lo comprendo.
Adiós amor, hoy comprobé que sí hay amores imposibles. Un día mi mundo y el futuro que creía asegurado se desmoronaron en cuestión de segundos, entonces todo cambió, debí construir un universo nuevo, incluso una nueva yo, así fue como descubrí mi verdadera esencia y propósitos, no, hoy mi felicidad ya no depende de ti, ni mi mayor meta es estar a tu lado y unirnos en matrimonio, si bien era una idea que me emocionaba mucho, no es más mi prioridad ni tú eres mi mundo, básicamente ahora la plenitud y paz no dependen de otras personas, solo de mí. Tal vez hoy titubearía ante nuestra unión si la maldición milagrosamente fuera destruida y ella te permitiera ser libre.
¿A quién engañó? Por supuesto que te sigo amando, pero hoy se trata de un amor maduro, ya no con aquella locura adolescente, por fin comprendí que estás fuera de mi alcance y que amar a alguien no siempre es sinónimo de ser correspondida ni de estar a su lado.
Esta noche, mientras la última lágrima cae sobre nuestro retrato que inmortalizó aquel reencuentro, suspiro, vuelvo a repetirme las conclusiones a las que he llegado, lo que la ineludible realidad nos ha preparado, por eso, contrario a lo que antes hacía, ahora evito que abarques mis pensamientos y que seas mi tema de conversación frecuente, sí, tal vez el dolor físico es inevitable, pero no el emocional, en este caso tengo la decisión de sentirlo o no y he decidido evitarlo, antes de partir, colocó la fotografía en la caja de los recuerdos y cierro la puerta del armario
Por Isamar Mendoza
(24 de septiembre, 1996)
Es una escritora poblana de fantasía y horror. “Travesía Profética” (202a1) editorial “Lapicero Rojo” fue su primera novela publicada, un pasaporte a su universo mágico “Dignirth” que construyó desde hace varios años, una obra que mezcla alta fantasía, horror, magia, aventura y amor.
En 2022 publicó su segundo libro: “El Pórtico de Dignirth” bajo el sello editorial “Akera” de “Grupo Editorial Letras Negras”, dicha obra ofrece una visión más amplia del plano dimensional ideado por ella y los seres que lo habitan.
En 2017 publicó un artículo de carácter académico: “Desafíos e innovación en los negocios de México y el mundo”, en el libro “Desafíos en el mundo empresarial y las ciencias de Montiel y Soriano”, editorial BUAP.
En 2020 fue una de las ganadoras del concurso: “Memorias. La Generación de la pandemia”, organizado por el “Instituto Municipal de la Juventud de Puebla” con el texto “Evocación Poblana”, además fue columnista en la revista digital “Teorema Puebla” e imparte talleres sobre creación literaria y novela fantástica.
Su obra literaria ha recibido el apoyo de instituciones como el “Instituto Municipal de Arte y Cultura Puebla (IMACP)”, el Ayuntamiento de Puebla y el “Instituto Municipal de la Juventud Puebla”. En abril del 2022 formó parte de la “Fiesta del Libro” de Puebla y este 2023 nuevamente estará presente en dicho evento para promocionar su segunda obra.
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