Jamás imaginó ver lo que estaba guardado en su computadora. Una fuerte presión en el pecho se apoderó de ella, sus manos se paralizaron y, finalmente, comenzó a llorar. En esa fotografía, una mujer de cabello negro y mechón rojo, delgada y con una hermosa sonrisa, abrazaba a quien fue el amor de su vida. ¡Qué alegría volver a verte! – dijo, con voz quebrada, mientras sus ojos admiraban a su joven yo.

Por Laura Carrasco Maldonado (Ciudad de México, 1992). Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Ha colaborado en el Blog Librópolis y en la revista digital Punto en Línea UNAM.
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