Se levantó arrastrando los pies con su cobija hecha una bola en sus pies, movió sus cabezas lado a lado, estiró sus pies, alzó sus manos y volvió a tumbarse hacía su cama.
–! Levántate floja !–
Los gritos de su madre la alertaron, de muy mala gana volvió a levantarse, se miró al espejo viéndose a detalle, el color azul turquesa de su piel resaltaba esta mañana más que nunca debido al éxito de su tratamiento de algas jupirianas, sus ojos violetas estaban apagados, se dio media vuelta regresando a la posición del inicio, sus mejillas comenzaron a tornarse de color rojo, sus ojos se llenaron de lágrimas y se comenzaron a enrojecer, tomo la mano izquierda para empezar a cachetearse realmente se odiaba. Busco debajo de su cama sus bebidas milagrosas con la leyenda "Baje diez kilos mientras duerme" las abrió para tirar el líquido directamente al contenedor de residuos.
Bajo las escaleras corriendo para llegar a desayunar.
–Tu panzota rebota más que tus cabezotas—
—Hijo, se amable con tu hermana, las hembras por naturaleza tienen dos cabezas y piensan más claro que uno —
Siamra azotó la mesa con sus manos, y siguió comiendo tallarines instantáneos con calabaza, su mirada se perdió en esa pasta tan fina pensaba que podría ser una resbaladilla a nivel escala dónde podría deslizarse y comer al mismo tiempo, probó un bocado de la calabaza en su segunda boca, se perdió en el dulce néctar blando del regalo del vegetal que habían mandado la semana pasada aquellos terrícolas.
Su vestimenta era cómoda con una túnica color café más guantes blanco en forma de protección al clima tan cambiante: en el día sol y en la noche nieve; tomó una de sus cabezas falsas, se miró al espejo nuevamente sonrió la primera cabeza, la segunda igual y la de repuesto ya tenía la sonrisa impresa en su material barato, se dispuso a salir de su casa al centro comunitario de atención dónde les brindaría nueva información de los visitantes terrícolas, hace más de seis meses los habían contactado pero en estos días estaban listo para ser recibidos.
Se sentó en una planta carnívora mientras la alimentaba de moscas de melgas, abrió el folleto de la llegada espacial.
"Los humanos son solo machos, su cuerpo de un cuero blanco y su piel está tatuado por la bandera de su división o bien como ellos lo llaman país"
Cambio de página, observó las tres ilustraciones de aquellos seres extraños, su cabeza circular y en el rostro totalmente negra que brillaba en el sol, solamente la piel blanca que llegaban hasta las botas, los humanos eran realmente algo espantoso.
Siamra rompió el folleto dándole de comer a la planta carnívora, se levantó siguiendo caminando en la vereda de las plantas viendo en las pantallas gigantes a Su-Lu-cky el ídolo del momento había nacido con tres cabezas haciendo todo un éxito al cantar sus tres voces más su bella delgadez.
Siamra no le gustaba que le hablaran como si fueran dos cabezas ella no era Siam-Ra, ella solo era Siamra.
Terminada la conferencia de los humanos, camino junto a Car-Lous ya que él era su vendedor de artículos de belleza.
—¡No puede ser! —
—¿Qué pasa? —
—Su-Lu-cky se ha pintado su cabello rojo como el sol—
Ella se quedó en silencio unos momentos, se secó sus lágrimas con sus manos pidiéndole al vendedor algún colorante de belleza que también pudiera aplicar en su cabello. Llegó a su casa disparada ignorando los saludos de su familia, comenzó con Siam a pintar su cabello al terminar Ra la elogió, ellas tenían una conexión única, se había entendido y uniéndose más a lo largo del tiempo, cien años era la vida de un greenvert, si ella todavía pudiera llamarse así ya que el característico de su cabello se había ido.
La llegada terrícola llegaría, las calles se tornaron de color café y agua al igual de tirar cosas
en las aceras algunos papeles y bolsas para que aquellos visitantes se sintieran comodos
incluso habían tenido algunas nubes grises y humo negro saliendo de casas artificialmente
para que se sintieran cómodos recreando un paisaje de una ciudad moderna. Estaban tan solo
a un día para el aterrizaje del cohete espacial 081094.
PARTE II
La llegada humanoide arrasó en el planeta, muchos tenían miedo pero otros salieron a las calles para recibir a los visitantes. La familia de Siamra compartía la idea de un plan pacifista entre naciones cuál acudió a primera fila para recibir a los terrícolas.
El cohete aterrizó en forma relajante, al abrir las puertas todos los vertgreen se cruzaron de manos en señal de bienvenida, el primer terrícola alzó la mano derecha y la movió de izquierda a derecha varias veces, los vertgreen no entendían la razón y decidieron callar, el segundo terrícola sacó una especie de caja negra con una antena acercándose a la multitud.
—El aire es puro —
Los vertgreen siguieron callando, el líder de ellos se acercó para entablar una dinámica. Un humano fue rápidamente hacía el, se paró frente le tomó la mano y con la otra….
¡Se comenzó a quitar la cabeza!
Se dieron cuenta que no era una cabeza, era una especie de protección hacia su cabeza, su rasgo indicaba que era hembra, tenía los ojos castaños igual que su cabello, era algo único ¡Una mujer de una sola cabeza! Los machos vertgreen se quedaron mudos al ver tan impactante belleza, la hembra terrícola les regaló una sonrisa dejándolos cautivados.
PARTE III
Siam-Ra estaba frente a su peor enemigo: su espejo.
—Te quiero mucho Siam —
—Yo también te quiero mucho Ra —
Siam pasó sus manos por todo su cuerpo, le regaló una sonrisa a Ra y decidió acabar con ella. Su segunda cabeza de nacimiento la tiró con sus demás cabezas postizas al contenedor de residuos.
Por Linda Melgar
Linda Janet Melgar Pérez. Lic. en Interpretación, Inter. Taller de Escritura Creativa por parte de la Escuela de Escritores de España. Participación destaca en Primer Nacional Concurso de Cuento con Causa Ángel de Campo. Premio Convocatoria literaria sobre Cuentos de Confinamiento y la Nueva Normalidad “Cuando te vuelva a ver”.
コメント