Mientras recorro las calles observo con desdén los putrefactos rostros de los muertos vivientes que pasan por mi lado, sus guturales quejidos y torpes movimientos son motivo de mí rabia, jamás imaginé que, tras millones de años de eficaz servicio, una estúpida infección vendría a poner en duda la calidad de mi trabajo como la muerte.
Por Ronnie Camacho
Comments