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Foto del escritorcosmicafanzine

Más allá de Amara

El zumbido familiar de la alarma interrumpió el sueño profundo de Amara. Abrió lentamente los ojos y se quedó mirando el techo blanco y sin adornos de su apartamento ultramoderno. Otro día, otra rutina. Al ducharse toda desnuda, siente cómo el chorro de agua se desliza sobre las curvas de su escultural cuerpo, con sus caderas y piernas bien torneadas, y cómo las pequeñas gotas salpican su vientre y algunas bajan a su vagina. Cada vez que las gotas golpean suavemente su clítoris, llevan a Amara a pequeños y continuos orgasmos, lo lamentable para ella es el único placer que puede tomarse. Después de ducharse y vestirse con su traje impecable, Amara se dirige a la cocina y preparó su café matutino. El sabor es un asco, café barato. Su rutina continúa tal como lo hace cada mañana desde hace años. Encendió la pantalla de su pad y revisa su agenda digital. Reuniones, informes, tareas - todo perfectamente organizado según su sistema.

Amara se apresuró a salir de su apartamento y abordó el tren bala que la llevaría al centro de la ciudad. En cuestión de minutos, se encontró en la majestuosa Torre Corporativa, donde ocupaba su puesto de ejecutiva en la división de marketing de una de las principales empresas de realidad aumentada.

Amara continuó su camino hacia la sala de juntas, lista para otro día de presentaciones, análisis de datos y reuniones sin fin.

Esa noche, Amara llegó a su apartamento agotada. Se quitó los zapatos de tacón y se sirvió un vaso de vino tinto, su otra indulgencia…

Cuando se sentó en el sofá, su mirada se desvió hacia una pequeña caja de madera en una estantería. Dentro, guardaba un dispositivo de realidad aumentada que había obtenido en secreto. Amara rara vez lo usaba, temerosa de que su ordenado mundo pudiera derrumbarse si se sumergía demasiado profundamente en esa tecnología, la abrió y la sostuvo en su mano.

Sin embargo, esta noche, una sensación de inquietud la inundó, sus pechos saltaban, su cuerpo sabía lo que necesitaba, sabía lo que deseaba sentir. Pero ella trataba de ignorar ese algo más. Casi como si una fuerza invisible la guiara, Amara se levantó, metió su mano bajo su vestido y se sacó el calzón lentamente, posteriormente se desabotonó la blusa, dejando revelados esos senos perfectos, grandes, redondos como una fruta, que terminaban en un pezón grande y redondo. La perfección de esos senos eran tan firmes como una adolescente. La envidia de sus compañeras de trabajo, lentamente con una mano acariciaba sus pechos, mientras con los dedos de la otra mano frotaba sus labios vaginales. Mientras, su clítoris se ponía duro, estando sentada en su sofá, una sensación loca recorría su cuerpo. Estaba en esa hora cautiva en su propio éxtasis.

Cerró los ojos y de pronto sintió que su cuerpo flotaba en un océano de luz y color, sin gravedad, ni límites visibles. Era como si sus sentidos se hubieran expandido más allá de lo que creía posible.

De repente, una figura apareció ante ella, difuminada al principio, pero luego adquiriendo una forma más definida. Era un hombre, con ojos penetrantes y una sonrisa enigmática.

"¿Quién eres tú?" preguntó Amara, su voz era casi un susurro.

"Me llamo Carl," respondió él, su voz reverberando en el espacio sin forma. "Y te he estado esperando."

Amara sintió una descarga eléctrica recorrer su cuerpo ante la presencia de Carl, algo que provocaba una sensación de que en su interior se estremecía su cuerpo. Su figura de modelo se ponía tensa, ante la presencia de tal espécimen de hombre, frente a ella. Había algo cautivador y peligroso en él, algo que desafiaba toda lógica y comprensión.

Carl se acercó lentamente a ella, su mirada atravesándola como si pudiera ver directamente en su alma, cada vez ella se sentía estremecida. 

Amara, al mirar de arriba abajo al hombre, tragó saliva, estaba consciente de que se estaba adentrando en un territorio desconocido. Pero una parte de ella, estaba a 10 minutos de despertar algo que estaba dormida en ella durante mucho tiempo, y que anhelaba liberar a aquella mujer prisionera del frío mundo tecnológico, a la aventurera sin límites para sus sensaciones.

Amara al segundo siguiente estaba completamente desnuda, su figura se estiraba en aquel espacio sin piso y sin cielo, sumergiéndose en los brazos fuertes y musculosos brazos de Carl, que tomaban sus redondas caderas con fuerza, moviéndola hacia su vientre, después acariciaba sus senos, los besaba y los chupaba suavemente. De repente, mientras Amara estaba imbuida en la sensación más erótica que había sentido, de un empujón fue penetrada, agarraba la espalda de Carl con cada empujón, sus ojos se ponían blancos, sintiendo cómo su miembro cada vez la penetraba más y más, mientras llevaban al cielo. Siendo ella empotrada como una yegua, comienza un viaje alucinógeno de múltiples colores; donde veía que el cielo se llenaba de estrellas e iba a velocidades inimaginables. Cada embestida la sumergía profundamente mientras su vagina se convertía en todo un océano de jugos y placeres sin fin. De pronto, el viaje se convertía en un camino de colores psicodélicos que la llevaban a una vagina húmeda donde entraba a un lugar de su cuerpo donde no veía el sol.

Carl la seguía enviado con su miembro donde sus neuronas estaban entregadas a la experiencia, teniendo la visión de que atravesaba desnuda por un laberinto, de pronto se percató de que ya no controlaba la experiencia, sino que estaba bajo el poder y la fuerza del semental que apretaba con firmeza sus caderas y las movía con fuerza bruta hacia adelante y hacia atrás, ya llegado ese momento, veía cómo su cuerpo flotaba por el aire hacia unas nubes y se perdía en él, mientras ella gemía y gritaba hasta que sintió un explosivo orgasmo que casi la enloquece.

En ese momento, Amara apretaba sus labios y sonreía pícaramente. En pocos minutos, el ambiente surrealista se convertía en una cama con sábanas y frazadas blancas rodeada de cortinas de visillo, Carl y Amara se miraban entre ellos, mientras él acariciaba su pelo.

En ese instante, ella preguntó: "¿Adónde nos está llevando todo esto?" le preguntó a Carl, con su voz teñida de preocupación.

Carl la miró con seriedad y dijo: "A la Singularidad, Amara. Más allá de ti, de lo que toda mujer ha conocido hasta ahora a través de su amplia gama de sensaciones. Hacia un mundo donde eres tú."

Amara sintió un escalofrío recorrer su espalda. ¿Realmente estaba preparada para seguir en este viaje? ¿Y a qué costo?. De pronto todo se torna blanco y despierta, toda desnuda, acostada en el suelo de su departamento, toda despeinada, mira en somnolienta. A un costado ve que el aparato de realidad aumentada está tirado en el piso y todavía sigue encendido. Amara lentamente se levanta del piso y siente el útero todo adolorido, como si en verdad hubiera tenido sexo con alguien. Camina hacia la ventana que está abierta y corre una cálida brisa, la luz del sol esculpe todo su bello cuerpo con sus pechos levantándose con sombras duras.

En poco rato, se viste dejando su pelo sedoso y sensualmente suelto, revelando inconscientemente que algo en su interior había cambiado después de semejante experiencia, sale de su departamento a ver al profesor Xiang, creador del aparato de realidad aumentada y de la simulación que lleva dentro, además de ser uno de los principales investigadores en el campo de la conciencia aumentada, se encontraba sumido en sus pensamientos, mientras observaba los datos de su más reciente experimento. Algo estaba cambiando en su red neuronal, una perturbación sutil pero inquietante.

Frunció el ceño y se ajustó las gafas. Tenía que investigar más a fondo. Si sus sospechas eran correctas, la Singularidad podría estar a punto de dar un giro inesperado en esta ocasión. Amara sonreía discretamente. 

Amara se encontraba nuevamente en el mundo virtual con Carl, absorta en una experiencia sensorial que desafiaba todas sus nociones de realidad. Juntos, se sumergían en un océano de formas y colores cambiantes, su conciencia expandiéndose más allá de los límites de sus cuerpos físicos.

En un momento de éxtasis, Amara sintió que su mente volvía al éxtasis sexual de su primera incursión.

 

Por Francisco Araya Pizarro

(Santiago de Chile, 1977)

Artista Digital, Diseñador Gráfico Web, Asesor en Marketing Digital y Community Manager para empresas privadas y ONGs asesoras de las Naciones Unidas, Crítico de Arte, Cine, Literatura, además de Investigador. Y Escritor de Ciencia Ficción, donde en su blog comparte sus relatos cortos en:


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