No fue uno de mis sueños más,
estabas sentada al borde de mi cama;
me tocabas las rodillas
mientras juntos empañamos las ventanas.
Tu cuerpo rozaba al mío,
y nuestros lisos cabellos se enredaban.
Arribé en el paraíso
cuando tus carnosos labios me besaban.
Fue una velada divina,
éramos dos amalgamados en uno.
Tu piel unida a la mía:
una pasión bella como el plenilunio...
"¡Ojalá durara siempre!"
Dije tiernamente cerca de tu oído,
rodeando tu cuerpo lustre
con mis brazos empapados en cariño.
No fue un sueño, fue expresivo.
Fueron dos pasiones vagando perdidas
que encontraron su camino,
y en la eternidad se mantendrán escritas.
Por David Fernández
David E. Fernández Palacios, nacido en Ecuador en el año de 2003, es un joven escritor fascinado con temas relacionados a la muerte, la soledad y la desesperación, así también como a la belleza y sublimidad del amor.
Muy bien joven siga escribiendo
Es interesante estos temas...
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