17 de agosto de 1999
Groenlandia y Noruega
En 1976 un grupo arqueológico hizo una expedición en el mar de Groenlandia, enviaron al buzo Patrick Seller con un dispositivo de transmisión de comunicación, este desapareció sin dejar rastro, años posteriores este dispositivo se activó en funcionamiento dejando una localización poco esclarecedora.
Daneborg, Groenlandia
Stefan Meyer
El punto rojo mostraba la localización, estoy seguro de eso, hace más de un año que nos dieron el aviso de que encontraron una señal en los radares marítimos, no había duda que era el dispositivo que Patrick Seller llevaba ese día de mil novecientos setenta y seis, lo habían dado por muerto. Esta mañana el supervisor de rescate trajo consigo una grabación rescatada del dispositivo que ha dejado varias cosas. Josafat es su nombre y es un hombre afroamericano, calvo y alto. Era firme con lo que decía y eso me gustaba de él.
— ¿Pueden escuchar lo que dice?— colocó una cinta y se escuchó una voz incomprensible, le sugerí que limpiaramos el audio para comprender más lo que se dice. Más o menos fueron cuatro horas, volvió a colocar la cinta y ahora se escuchaba una voz grave y con signos de desesperación que decía “Vengan a ayudarme”— No estoy seguro de poder reconocer esa voz, pero comparándola con grabaciones de Patrick Seller— Se quedó callado por tres minutos— Resulta ser algo parecida.
—Si. Patrick Seller está vivo, se encuentra en esa localización entre Groenlandia y Noruega.
—Iremos a verificar dónde está ubicado, luego iremos en un bote con trajes de buceo para investigar que se encuentre en ese lugar, por lo tanto Stefan, ¿puedes localizar exactamente la ubicación?
—Haré lo posible. Sólo debo realizar unos cuantos ajustes para dar pie a la búsqueda de Patrick.
— ¿Crees que siga vivo?
—Tiene que estarlo ¿Quién más mandaría la transmisión?
En menos de 6 horas me la pasé en los ordenadores tratando de localizar esa ubicación, me pregunto qué habrá pasado con Patrick ¿hacia dónde fue o qué lo arrastró hacia ese lugar? Pero es bastante extraño. Si se tratara de Patrick Seller, ¿cómo es que sigue vivo hasta esta fecha?, me suena algo irónico como un hombre de mediana edad puede sobrevivir en el mar, ¿acaso encontró una isla? Según sé, hay una isla entre Noruega y Groenlandia, eso es una maldición. Trabajando en el campo de investigación utilicé diferentes metodologías de investigación, di con una ubicación no tan acertada pero fue lo más que pude encontrar, es la isla Jan Mayen. ¡Rayos!, ¿cómo fue a parar a ese lugar? En fin, envié la información en una carpeta hacia Josafat, me dio una respuesta de que comenzaríamos de inmediato para mañana ir hacia la isla, recibí una llamada de él.
— ¿Estás seguro?— Preguntó Josafat.
—Es el resultado más probable que encontré, no encuentro algo más que eso.
— ¿Es todo lo que tenemos?
—Me temo que sí, igual podemos esperar un poco más para obtener mejores resultados…
—No, la corporación necesita saber ya qué fue lo que pasó con el dispositivo.
—Parece que se olvidaron de Patrick.
—Así son las cosas. Mañana necesito que ya estés listo, cuatro hombres junto con nosotros dos iremos hacia esa isla, te tendré un traje de buceo listo por si necesitamos sumergimos.
—Espero no tener que mojarme— La probabilidad de encontrar algo era del cincuenta por ciento, como encontrar una aguja en un pajar, pero teníamos que intentarlo— bien mañana nos veremos allí.
18 de agosto
Llegamos en un bote hacia Olonkinbyen en la isla Mayan, fuimos a revisar a los alrededores donde nos marcaba el radar, pero no hallamos ningún rastro del dispositivo o de Patrick.
— ¿Estás seguro que estamos en el lugar indicado?— Pregunto Josafat.
—Aquí marcan las coordenadas.
Fui a revisar nuevamente, eso era, no estaba en tierra sino bajo el agua.
—Vamos a tener que mojarnos— Le enseñe de nuevo las coordenadas, algo estaba bajo el agua pero en la misma isla, ¿tal vez una cueva?
Josafat nos ordenó a todos ponernos los trajes de buceo. Todos los hicimos, nos pusimos el respirador.
—Ustedes dos primero— Dos del equipo se sumergieron, les indicamos a dónde exactamente tenían que ir.
Fue el turno para Josafat y para mí. Nos sumergimos bajo el agua, nadamos a una profundidad de 2,353 metros de profundidad si no mal recuerdo, lo que encontramos era una cueva o caverna entre varias rocas que parecían conducir a hacia una entrada en esa cueva, seguimos nadando y veía las rocas musgosas que parecían ser como una fortaleza custodiando ese lugar, nadamos hacia arriba de unas rocas y no había más agua, nos quitamos el respirador y los googles. Esta cueva parecía un castillo, cada roca llena de musgo tenía formas rectángulos en vertical y arriba una roca esférica puntiaguda, algunas parecían ser de colores ya que se veían amarillas y azules. Caían gotas desde arriba, no había vegetación pero sí unos bichos extraños, era una cueva muy extraña llena de oscuridad en donde se escuchaban gotas cayendo en alguna parte muy profundo, tanto, que la piel se erizaba al escuchar cada gota.
— ¿Qué es este lugar?— Preguntó Josafat— ¿Dónde están los otros?— Alzó un grito pero los otros dos no respondieron.
—Tal vez están más adentro.
Recorrimos la cueva, todo estaba lleno de rocas musgosas verticales y alienadas de varios colores, incluso de un negro azulado. Josafat se sorprendió al ver el dispositivo, era una especie de cámara con audio pero en forma cuadrada con llantitas y aprueba de agua, ¿cómo es que esa cosa se encuentra en un perfecto estado?, más bien, ¿dónde está Patrick o cómo es que sobrevivió tanto tiempo en esta maldita cueva del demonio?
—Lo encontré— Dijo Josafat— Revisamos el dispositivo, nos dimos cuenta de algo extraño, aquel audio que recibimos de este aparato si es de Patrick, pero de hace 23 años.
—No es reciente, ya lleva desde el año en el que desapareció Patrick— Algo no estaba bien si Patrick estaba muerto, ¿cómo rayos es que mando esa transmisión apenas ahora o porque no la recibimos hace 23 años?— algo no está bien, ¿otro ser vivo no podría encender esta maldita máquina?
— ¿Por qué el dispositivo envió esa transmisión hasta ahora?— Se puso nervioso— Dígame, ¿qué rayos fue lo que encendió esa máquina para enviar esa transmisión si Patrick no se encuentra en esta maldita cueva?
—Guarde la calma, primero debemos encontrar a los demás y saldremos de esta cueva con el aparato, realmente no creo que Patrick se encuentre vivo en esta cueva.
—Entonces vayamos a buscar al resto.
El dispositivo tenía una luz parpadeante y emitía sonidos que no dejaba de emitir repetidamente, hasta que lo reproducimos, y una voz que no parecía ser humana, ya que se escuchaba no muy entendible y grave nos decía “Ya los tengo”. La máquina se apagó por sí sola, dejándonos muy confundidos.
— ¿Qué demonios fue eso?— preguntó Josafat.
—Yo… yo no lo sé.
De la oscuridad de las rocas salieron unos tentáculos con tenazas que atraparon a Josafat, arrastrándolo hacia la oscuridad, solté el dispositivo que cayó al suelo, este parpadeó de nuevo y se reprodujo otro mensaje “Eres mío” intente apagar esa maldita cosa pero volvía a emitir otro mensaje escalofriante “No hay a donde ir”. Entonces corrí para escapar de la cueva pero de la oscuridad se mostró esa aterradora monstruosidad.
—¡Oh, santo cielo!
Por Leonardo Martínez
Estudiante de la licenciatura en criminología y seguridad pública de la universidad de CUBC Mexicali, he publicado varios relatos a través de revistas digitales web así como colaborado en revistas en un periodo de tiempo, actualmente estoy por egresar de la carrera pero la escritura es una de las cosas que más me apasionan, pues soy muy seguidor de las escrituras y novelas de autores estadounidenses y latinoamericanos así como la labor periodistas del país que contribuyen a la sociedad con traer la verdad.
Mi principal fuerte son los escritos de suspenso y terror, también de hechos criminales como políticos del país, la historia entre otros, mi principal meta es llegar a publicar un libro como el sueño de muchos
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