Tú Me haces pensar en el sonido del agua corriendo en el bosque deshabitado. La matriz de la soledad ha bañado este espacio con signos improbables. La vida desnuda se alza en ti fuera de toda pretensión y simetría. No eres la arbitrariedad de las palabras ni el cansancio de las raíces que ceden su lugar al aguacero. Como un animal salvaje sostienes la mirada a quien te acecha para luego perderte en la espesura que crece en tu corazón como maleza.
Vía láctea
Fecunda como la vida tendida sobre la balanza del tiempo, navegas en el silencio de la epifanía. Arqueado el vientre que apunta al misterio. No fueron muros los guardianes de tu templo, ni anidaron en tus ojos las golondrinas. No fueron cálidas todas las mañanas, ni hubo puentes para socavar
la dureza del asfalto. Cubierta de dulzura atravesaste el campo frío y te aliñaste con versos los pechos y los brazos. Con flores amarillas
adornaste el árbol sagrado.
Oyes el crepitar del fuego
y te alejas.
Por Consuelo Arriagada Saavedra
(Santiago de Chile 1983) Abogada de profesión con estudios de filosofía. Forma parte del taller de poesía Helecho Poético, impartido por el poeta Samuel Trigueros Espino. Algunos de sus poemas han sido incluídos en la antología poética bilingüe Desarraigo 18 poetas fronterizos (Nautilus Ediciones, 2021). Otros han sido publicados en las revistas: Laboratori Poesia, Almiar, Primera Página y Herederos del Kaos. Acaba de publicar su primer poemario En lo oscuro del sueño (Nautilus Ediciones, 2022)
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