Desdémona no debió morir,
por confabulaciones y engaños en el amor,
tanto en la literatura como en la realidad,
en el pasado, presente y futuro,
por herir supuestamente el honor del hombre,
fue víctima de su verdad e inocencia no reconocidas.
Con el tiempo, las Desdémonas sucesoras,
tuvieron una voz más fuerte para defenderse,
pero algunos siguieron sordos a sus palabras,
es más fácil avasallar,
que reconocer la vacilación propia.
Las confabulaciones y engaños siguieron,
pero desde el siglo XIII,
se ha alcanzado que,
las Desdémonas unidas,
nos estemos emancipando,
nos protejamos,
nos solidaricemos,
que tengamos sororidad.
Por Esther Haro Giacominich
Nacida en la ciudad de Montevideo, de Uruguay.
Se graduó en su adultez, como Licenciada en Relaciones Laborales, en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República.
Desde la niñez tuvo interés en leer mucho y comenzar a escribir.
Cada etapa de su vida le ha servido como inspiración, para expresar en letras, percepciones, sentimientos, vivencias, etc.
Hasta el presente ha recibido reconocimientos por sus aportes literarios y sigue presentándose a convocatorias, porque considera que de todo se aprende y se gana experiencia.
El camino, es la felicidad.
Comments