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Reseña del libro La resurrección de Rosita Morales


Autora: Marcia Ramos
La resurrección de Rosita Morales
Colección Bocanada, Número 27.
Primera edición.
Septiembre 2023. Ciudad de México.}
200 ejemplares.
Número de páginas: 61.

En “La Resurrección de Rosita Morales”, la escritora Marcia Ramos crea un espacio escénico fantástico, una especie de purgatorio a donde van las almas de mujeres víctimas de feminicidio y hombres que se suicidaron. Explora la mirada de personajes femeninos de distintas épocas y nos acerca a su entorno a través de estos diálogos. El personaje principal se reconcilia con su pasado y ve con compasión a su madre gracias a este acercamiento generacional.

El conflicto. La conversación entre Rosita y El Pedo muestra un comportamiento agresivo y violento hacia ella. El Pedo la apuñala y la deja herida en la cama. Rosita tenía quince años cuando esto ocurrió y el Pedo veinte. A través del texto teatral, la autora se aventura a crear un orificio, el cual permita conocer el entorno de diferentes generaciones y posibles finales a situaciones de violencia.

Marcia recrea algunos momentos a través de la memoria sensorial, una serie de atmósferas con elementos de la cultura popular y diversas tradiciones, pienso en las sombras de la película Ghost (1990) y en agujeros como en el de La casa de los abuelos (2021), en la Biblia y en personajes como María Magdalena. El bagaje que Marcia ha adquirido como cuentista y minificcionista especializada en ciencia ficción y terror se ven reflejados en esta obra, contada a través de fragmentos. Sus preocupaciones ideológicas y sociales están presentes, nos cuenta el destino de mujeres con baja escolaridad, Marcia tiene un doctorado y sabe la importancia que el grado académico puede o no brindar a una persona en la sociedad. Es compasiva con sus personajes, en su nuevo espacio les permite ser lo que desearon en vida. Las condiciones personales y culturales, así como sus pensamientos están en esta obra: “No todos los hombres son iguales”, dice, aunque sus personajes femeninos han vivido las peores vejaciones de parte de ellos.

Escucharemos la conmoción de Marcia, ya que Rosita reflexiona sobre lo complejo de ser mujer en una sociedad que le impone reglas, expectativas y restricciones. A medida que conoce a otras víctimas (elegí la palabra víctima porque no son sobrevivientes, sin embargo, mantienen una actitud estoica y resiliente, hasta disociada de su realidad y esto es sumamente interesante porque efectivamente el cuerpo y mente de los personajes se fragmentó a partir de la violencia en sus distintos niveles), incluyendo a María Magdalena, a través del subtexto vamos comprendiendo que ella se fue de la tierra y Rosita también lo hará.

Aunque en ese lugar se encuentra Kurt Cabin y puedes ser lo que hubieras querido en vida, no es el cielo. En ese lugar tampoco se encuentran los 43. El uso del lenguaje coloquial, el tono crudo y realista la hacen fluida y comprensible para adolescentes y jóvenes. Es divertida para adultos, hay un humor negro que envuelve un contenido desolador, pero ese humor te deja pensando.

El libro aborda temas como la violencia de género y el papel de la mujer. Utiliza diálogos y monólogos directos para trasmitir los pensamientos y sentimientos de los personajes. Las emociones que Marcia usa fueron cuidadosamente seleccionadas, ordenadas y canalizadas por herramientas literarias, creando eficacia entre la palabra rigurosamente cuidada y la respuesta de los lectores y lectoras.

La resiliencia con que los personajes van asimilando la realidad que les tocó vivir, los hoyos negros, las sombras y la luz como resurrección que dejan ver cómo se configura la identidad artística y estilo de la autora, conocedora y hacedora del terror.

La obra corresponde al teatro posdramático, “priman la innovación estética, hay ruptura del espacio temporal, fragmentación, y continua narratividad” (El arte del conflicto. Carla Martínez Nyman). Explora finales abiertos y el espacio abstracto. La tensión dramática, ese estado de peligro en el que se encuentra cada personaje y con el que se logra medir la transformación de cada una de ellas permanece a lo largo de la obra: Rosita, María Magdalena, Paulina y la Niña.

Aparecen pistas pequeñas, y es en el subtexto que logramos descubrir la profundidad de la obra. La tensión dramática se mantiene constante y es simbolizada por El hoyo negro:

“Aquí todos hemos visto el hoyo, pero no podemos cruzarlo. Yo lo he visto en el cielo, otras en la televisión, un pájaro, la calle, una piedra… Hay muchas maneras de verlo, pero no hay forma de pasar. Tú también lo verás”.

El manejo del subtexto en la trama permite que sea el espectador o espectadora quien devele la historia.

Como afirma el dramaturgo Juan Mayorga: “El teatro como enciclopedia de lo humano, es un espacio político para soñar otra verdad, en donde el ser humano pueda experimentar la libertad, la dignidad y la belleza”. Este acercamiento franco de Marcia hacia las nuevas generaciones, puede ser el agujero en el que hablemos las que nacimos en los ochenta, con quienes nacerán en el 2018 y el feminicidio como toda forma de violencia se pueda prevenir o erradicar.

 

Por Karla Barajas

(Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; 1982)

Publicó Neurosis de los bichos (La Tinta del Silencio, 2017), Esta es mi naturaleza (Editorial Surdavoz, 2018), Cuentos desde la Ceiba (La Tinta del Silencio, 2019), Donde habitan las muñecas (Quarks Ediciones Digitales, 2021), Cenizas de los amordazados por el alba (EOS Villa Digital, 2022), Viscerales, Antología personal (Chicatana Ediciones, 2022). Ha tomado la asignatura de Teatro con la maestra Carla Martínez Nyman, dentro del máster en Escritura Creativa en Español (Universidad de Salamanca a través de la UVirtual).

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