A propósito del día internacional de la visibilidad asexual.
Hasta hace algunos años, la palabra asexual era poco conocida, por no decir nula, o al menos lo era para mí. Y no es un secreto cuando les digo que soy demisexual, porque una vez que descubrí el lugar donde encajaba, dejé de sentir asco de mí, empecé a disfrutar mi vida consciente de que no tenía porqué satisfacer sexualmente a alguien sin mi consentimiento o sin sentir la misma atracción.
Se vuelve un mantra muy poderoso cuando te repites que no es tú obligación estar dispuesta siempre, porque existe algo llamado consenso. Y está bien no sentir atracción sexual por alguien, que nadie nos diga cómo tenemos que actuar o disfrutar de nuestra sexualidad.
A pesar de vivir en una sociedad alonormalizada, los asexuales existimos. Es por eso, que hoy me permito compartir con todos nuestros lectores el proceso que vivió Cecilia, activista por la Asexualidad en Puebla, de quién agradezco infinitamente por aceptar compartirlo con todos nosotros.
-Para mí fue algo complicado asumir que era asexual, porque cuando todas las personas en mi escuela empezaron a gustarse, a mí no me gustaba nadie… bueno, me gustaban los artistas de la tele y mis profes, pero de otra forma más parecida a la admiración. Así que pasé mucho tiempo pensando que era heterosexual porque me gustaban los chicos de la tele.
Empecé a notar que entre más años pasaban, más obligatorio parecía ser tener contactos más y más físicos con mis parejas y eso me hacía sentir mal, porque yo los quería mucho, pero no sentía ganas de tener sexo con ellos. Fue un largo viaje de experiencias forzadas y desagradables hasta que un día leí un artículo donde la autora se describía a sí misma como “asexual con libido”. Entonces todo tuvo sentido. Aunque ya conocía la palabra y ya la había usado para describirme en el pasado, fue ese día cuando entendí que mi experiencia era válida, y que no me pasaba sólo a mí, si no a muchas personas más.
Aunque somos un sector muy pequeño de la sociedad, tienen que voltear a vernos, que se enteren que la asexualidad existe. Y no, no creo que tengamos que "probar" para saber si realmente nos gusta o no el sexo, tampoco necesitamos encontrar a la persona "correcta" para que nos quite lo asexuales, lo que necesitamos es visibilidad, que los medios ofrezcan información precisa sobre el tema.
Apostemos por relaciones más sanas, donde todo sea mutuo, donde no creas que tú obligación está en corresponder sexualmente, donde NO signifique NO.
Por Michelle Rodríguez
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