En la mitología griega, Medusa, representaba la lujuria. Hija de Forcis y Ceto, Medusa, antes que monstruo era una hermosa doncella mortal y sacerdotiza, que llenaba el templo al que servía con cientos de sus pretendientes quienes cada día sólo iban para admirarla. Era tal su belleza que llamó la atención de los dioses, especialmente de Poseidón, amo de los mares, quien sin contemplaciones la violó dentro del templo de Atenea.
Al ver mancillado su templo, la diosa desató su furia. No contra Poseidón, pues de él consideraba su conducta como natural en cualquier hombre, sino que la diosa de la pureza y castidad tomó represalias contra la mujer que celaba y representaba lo contrario a ella: el deseo, la carnalidad y voluptuosidad.
La castigó dándole la apariencia de sus hermanas gorgonas, volvió sus manos metálicas, le dio colmillos afilados e intensos ojos que petrificaban a quien los mirase. Afrodita, que también estaba celosa de su preciosa cabellera, aprovechó la represalia y convirtió sus cabellos en serpientes asquerosas. Consideró Atenea que era lo más justo y merecido, puesto que ella había seducido a Poseidón.
El 3 de agosto de 2019, en Azcapotzalco, una joven de dieciciete años fue dejada por un taxi a cuatro cuadras de su domicilio, después de avanzar unos pasos, una patrulla se le acercó. Asustada, pegó su cuerpo hacia el zaguán de una casa para tocar el timbre y pedir auxilio, pero uno de los agentes descendió y le preguntó dónde vivía. Querían llevarla. Ella se negó.
Los oficiales la subieron al vehículo a la fuerza en el asiento trasero junto a la ventana. Le pidieron que se quitara la ropa, ella no podía gritar ni abrir la puerta, la habían inmovilizado. Después fue violada en turnos por cada uno de los policías.
Se burlaron. En unos minutos llegaron cuatro patrullas más y una unidad de la Cruz Roja para atenderla. Se confirmó la agresión sexual mediante los exámenes médicos y psicológicos protocolarios. Los hombres acusados negaron cualquier responsabilidad sobre el hecho, no fueron detenidos y siguieron laburando. Pronto el caso llegó a las redes, inundándolas de comentarios en contra y a favor de la menor. “Inocentes los policías, actuaron en prevención, ¿qué hace una joven a esas horas tocando una puerta que no es la suya?.” “No hay que fabricar culpables todavía.”
A Atenea no le bastó con desfigurarla, la exilió lejos de la Acrópolis, a una cueva para llevar su vida en solitario en tierras hiperbóreas; quitándole la oportunidad de volver a tener contacto con cualquier ser. Aún en ese destino, Medusa no encontró la paz, siempre había guerreros empecinados en confrontar a la bestia, para regresar su cadáver como garante de su valía. Medusa los petrificó a todos ellos, erigiendo a su alrededor un cementerio de estatuas.
En su soledad, Medusa descubrió que estaba encinta de Poseidón. Cuando Atenea se enteró de ello buscó a Perseo y le consignó matarla. Hades y Hermes le sirvieron de armas para ayudarlo en su cometido. Hades le otorgó una espada y un escudo espejados, además del casco de la invisibilidad; mientras que Hermes le prestó sus sandalias aladas.
El héroe visitó a las Grayas para que le indicaran el camino a seguir; ellas eran reconocidas por saber dar respuesta hasta a las más difíciles preguntas. Robándoles su único ojo, él supo que debía darle muerte al monstruo mediante la decapitación. Finalmente, Tánatos, la diosa de la muerte, les quitó a las Grayas sus amuletos para entretenerlas y así abrirle paso a Perseo.
Al llegar a las tierras hiperbóreas, esperó a que Medusa durmiera en su guarida y volando con las sandalias de Hermes logró ubicarse por encima solo mirando el reflejo de la criatura a través del escudo de Hades. Su mano era guiada por Atenea y así cortó su cabeza en un solo acto. Sus hermanas quisieron vengar su muerte, pero él utilizó el casco de la invisibilidad para salir ileso.
El 8 de agosto de 2019, la procuraduría de justicia informó que en todo momento se buscaría la “integridad, seguridad y atención a la víctima” y que se trabajaba “con el propósito de evitar la impunidad”. Sin embargo, al día siguiente, Jesús Orta Martínez, el titular de la dependencia, comunicó que los agentes seguirían con sus labores como policías.
“Están de turno, sí. Hoy no hay una imputación, entonces es muy importante entender que, si no hay una imputación, no se pueden violentar sus derechos laborales”, dijo. Fue ese mismo día que Ulises Lara López, vocero de la PGJ de la Ciudad de México, reconoció que desde esa dependencia se habían filtrado los datos de la denunciante. Ella y su familia desistieron de continuar el caso. Confirmaron, por otros medios, que habían recibido amenazas e intimidaciones. No sólo se filtraron datos personales, sino que se extraviaron las pruebas de ADN que comprometían a los oficiales. No se supo si los servidores públicos que tuvieron acceso a dicha información fueron investigados.
Mientras tanto, Ernestina Godoy Ramos, indicó que no habían suficientes declaraciones y diligencias para poder integrar una investigación formal contra los policías. Esto a pesar de que ya se contaba con sus expedientes administrativos, la información de las patrullas que estuvieron en el cuadrante, así como datos del GPS, radiofrecuencia, cámaras particulares y de seguridad. Al parecer, aún faltaba que la víctima reconociera a sus abusadores.
Así mismo, Godoy aseguró que los posibles responsables podrían quedar imputados, salir libres y reincorporarse a sus labores si no se lograba integrar dicha carpeta en su contra. Esto era porque estaba respetando los tiempos de recuperación que necesitaban la madre y la hija antes de proseguir. “Si no hay una imputación directa, y no tenemos la posibilidad de integrar la carpeta con lo que tenemos para poder hacer una imputación, pues van a tener que… regresar a su trabajo. No vamos a fabricar culpables.”
Tras ser asesinada por mano de Perseo y Atenea, del cuello de Medusa brotaron dos seres: el caballo alado Pegaso y el gigante Crisaor, que habían sido engendrados por Poseidón cuando abusó sexualmente de ella. Su cabeza, por otro lado, siguió teniendo el poder de petrificar aun después de haber sido separada del cuerpo y, desde entonces, se convirtió en la imagen del escudo de Atenea como instrumento para atemorizar al enemigo.
Perseo también se sirvió de la cabeza para matar a Polidectes y salvar a su amada. La sangre de la decapitación fue celosamente guardada por los dioses, ya que contenía inigualables cualidades. La de la vena izquierda funcionaba como un terrible veneno, mientras que la de la derecha tenía un don curativo tan fuerte que era incluso capaz de resucitar a los muertos.
También se narra que de la sangre que llegó a la costa se formaron los corales del Mar rojo; de igual forma se dice que las serpientes y escorpiones del desierto surgieron de su cabeza. Después de los horrores que atravesó Medusa, se le alabó como símbolo de virtud y perversión, de poder y sabiduría femenina e, incluso, como de la opresión de la mujer sabia y fuerte.
El 12 de agosto, en vista de que no había respuesta por la autoridad capitalina, se realizó una manifestación dirigida por mujeres a las afueras de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Procuraduría. Durante ellas se le arrojó diamantina rosa a Jesús Orta Martínez al grito de ‘No me cuidan, me violan’. La jefa de gobierno de la Ciudad de México dijo al respecto que “Eso no fue una protesta, fue una provocación”.
Como respuesta, se convocó a una manifestación el 17 de agosto para exigir justicia. Casi al final de ella, Claudia Sheinbaum emitió un comunicado asegurando que habría castigo para los agresores. Pero al mismo tiempo se abrieron carpetas de investigación hacia las manifestantes por las afectaciones de los edificios públicos. Finalmente, ante las fuertes críticas, ella aceptó abrir un diálogo con colectivos feministas y ‘perdonó’ los actos violentos; además, retiró a los policías de su cargo.
De la cabeza de Medusa se escaparon las serpientes que habitaron los desiertos, se armaron escudos con su lucha, la Égida y el Gorgoneion, se le pintaron cuadros, vasijas, se le hicieron esculturas y tallados, odas. Su potencia solo comenzó cuando su cabeza fue cortada, era una máscara a la que más tarde se le añadió un cuerpo. “La gorgona fue creada del terror, no el terror de la gorgona.” Jane Hellen Harrison
Por Violeta Carrasco
Licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana Puebla y Maestra en Literatura Aplicada por la misma casa de estudios. Actual docente en La Libertad Centro Cultural de Apizaco donde imparte el Taller de Escritura Creativa y Literatura. Óleo sobre lienzos es su primer cuentario y fue ganador del Programa de Producción Editorial 2021 convocado a través de la Secretaría de Cultura de Tlaxcala. Asimismo, puede leerse su poema “Feroces” en la Antología poética Artivismo, el arte como espacio de resistencia, publicada por la Editorial Raíces en 2022 en Chicago, Estados Unidos. Por otro lado, su cuento “Querido Santa, ya no quiero que me lastimen” está disponible en el número 4 de la revista digital Exocerebros. Realiza divulgación sobre arte y literatura en Instagram, bajo el usuario de @hienaliterata
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