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Midnight jam



So what.
Miles Davis

Los músicos que terminaban de trabajar en sus respectivos bares, conciertos o clubes, se reunían pasada la media noche a beber whiskey, platicar sobre lo que pasó la otra noche en su encuentro con alguna mujer, muchas veces también para drogarse, pero principalmente para tocar. Compartir ideas musicales, tocar los “stardars” más sonados en la radio e improvisar. Muchas veces se tocaba tanto que ya no decidían qué canción seguía, simplemente se dejaban llevar por la música, tocaban sin estructura, no tocaban sus dedos, sino su corazón, un momento bastante emotivo. 

La improvisación ha ido formando parte importante en la música, siempre ha estado presente, se dice que tanto Bach como Mozart y Beethoven en sus conciertos llegaban a improvisar, desafortunadamente no hay registro de eso, pero gracias a las nuevas tecnologías se puede disfrutar de improvisaciones. Louis Armstrong fue el primero en tocar un “solo” en la canción Strutting some Barbecue en 1927, gracias a esto muchos músicos se inspiraron en Armstrong que poco a poco en los discos se escuchaban improvisaciones, todos con una estructura, una duración de 32 o 64 compases, todo depende del líder del grupo o del dominio que tenía el músico en el instrumento, no fue hasta después de la era de las Big Bands y el comienzo del Bebop que la improvisación comenzó a ser más libre, pero ahora era más intelectual, con más elementos, ya sea del acorde o las extensiones del mismo. Charlie Parker fue el músico que cambió la forma de improvisar, fue con Cherokee que gracias a su armonía no tan común que se conoció que la improvisación no solo se quedaba en las notas de las escalas y el acorde, había más de donde poder sacar ideas, como los sonidos que él logró gracias a intensas horas de estudios y escuchar a los primeros jazzistas, ya que sino hubiera escuchado a Lester Young, no habría podido encontrar ese sonido que provocan sus solos.

Durante la euforia que causaba el Bebop, un joven de muy temprana edad aprendió de los grandes jazzistas sobre la improvisación, sus elementos, las formas, escalas y un sin fin de maneras de tocar un acorde. Pero no fue hasta 1975 que este músico llegó a la cúspide con un concierto que hasta la fecha sigue causando controversia, emoción, los críticos lo consideran el más importante concierto de la década. Keith Jarrett con sus conciertos a piano solo, son la definición de improvisación libre. Él graba todos sus conciertos porque nunca sabe que va a pasar, debe de haber un silencio absoluto en la sala para que él se pueda concentrar, empieza con un motivo y deja que las notas fluyan de manera natural. Grandes músicos le preguntan de dónde vienen esas notas, nunca ha podido responder a esa pregunta. Jarrett llegó a innovar en la forma de tocar el piano, su influencia se debe a su improvisar, fue de los primeros pianistas en arriesgarse a dar conciertos donde solo fluyeran las notas. Naturalmente no todo ha sido improvisación, desde muy temprana edad ha tocado piezas clásicas, más adelante tocó con muchos músicos, en muchos formatos trio, cuarteto, quinteto, sexteto, orquesta, pero a siempre le agrado tocar en grupos pequeños. Sus composiciones siempre son muy calculadas, debían ser interpretadas por los músicos que él decidía, no cualquiera tocaba con él.

La improvisación libre ahora es algo muy común en la música, hay un sin fin de conciertos de improvisación libre, con estructuras libres, acordes abiertos, donde se puede apreciar el dominio del instrumento de los músicos. Debe de haber conexión de ideas, la improvisación es muy difícil, los músicos necesitan una conexión muy fuerte para que se transmita el mensaje, entre más músicos sean, es más difícil encontrar qué camino debe seguir. Se puede hallar de todo en estos conciertos, pequeños motivos, muy claros, melodías muy suaves con acordes digeribles, o puede ser algo muy ácido, sonidos muy bizarros donde se explota completamente el instrumento.

Hace medio año en un festival de jazz en Córdoba Remi Álvarez dio un concierto bastante particular, siempre toca un subgénero del jazz que llaman “free”, este subgénero comenzó en 1958 con Ornett Coleman como una manifestación en contra del jazz contemporáneo por ser frío y calculador perdiendo su esencia de ser libre. Al principio del concierto de Remi Álvarez entró con su trío que se formaba por saxofón alto, bajo y batería, dio unas pequeñas palabras sobre su música y al final dijo que iban a tocar una canción en honor a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, fueron 43 segundos de silencio, ninguno de los músicos tocó una nota, lo particular de esto era la completa concentración de los tres integrantes del grupo, no había expresiones en su rostro, estaba inmutado, fue en ese momento que me di cuenta lo mucho que ha avanzado la improvisación, me di cuenta que no se ha tocado todo. Siguiendo con el concierto en cierta composición el bajista acostó su contrabajo y con el arco comenzó a pegarle en la parte trasera, intentando conseguir un sonido que pudiera acompañar al intenso ritmo de la batería, cuando lo logro fue un momento de ensueño, una conexión que muy pocas veces se puede dar entre dos músicos. Al terminar este concierto me acerqué con ellos y les pregunte cómo es que lograban esa conexión, les comentaba de manera infantil que los tres habían nacido para tocar juntos, Remi me contesto “yo sin estos cabrones podría haber muerto a mitad del concierto” estas palabras siguen dando vueltas en mi cabeza.

 Así como se dio con John Coltrane, la música de Remi es peligrosa, lo puede consumir. Al ser música libre, es bastante peligroso no encontrar una conexión, porque uno se puede perder y divagar en el vacío, ya no tocar, solo hacer ruido, perder su musicalidad.

La improvisación libre es un peligroso y fantástico viaje que todos debemos hacer un momento en la vida, todo músico lo debe intentar en cualquier momento de su carrera, arriesgarse a perderse un rato y divagar, para poder encontrar su sonido interno, para encontrarse a sí mismo es necesario caer en lo más oscuro del inconsciente y sacar a flote nuestros más locos sueños. La improvisación no solo viene de la música, también es un elemento que utilizamos día con día, pero ¿cuánto de lo que hacemos hoy día es improvisado? Hemos perdido la capacidad de hacer ese viaje oscuro, la improvisación es un estilo de vida, la idea principal de la improvisación es la búsqueda de la libertad, sacarnos de la rutina y cambiar nuestra forma de pensar. 

 

Por Tlacealel Calderón

Licenciado en Literatura y Lengua hispana y músico de oficio. Mi primera etapa de vida estuvo concentrada en la música, estudié en distintas escuelas tanto en el Estado de Tlaxcala como en la ciudad de Xalapa. Me presenté en la primera edición de Festival Internacional de Jazz en Córdoba (2014). La segunda etapa inició cuando entre a estudiar letras pues a partir de ello nació mi curiosidad por conjuntar de alguna manera las dos artes.

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